Los hábitos poco saludables -como consumir alcohol o drogas, sedentarismo y la mala alimentación- genera la inflamación crónica de tus intestinos. Por ello es que si queremos mantener una buena salud, es indispensable seguir una dieta antiinflamatoria.
El consumo de grasas, azúcares refinados, alimentos procesados, harinas y cereales, junto a malos hábitos, provocan enfermedades incluyendo el desarrollo de tumores, diabetes, alergias, artritis, secreción nasal y caída de cabello. La inflamación ya no es algo que se puede resolver sólo mediante hielo, cremas y pastillas: es necesario seguir una alimentación saludable donde se eliminen los productos tóxicos para garantizar que nuestros tejidos celulares estén en un estado óptimo.
La relación entre alimentación e inflamación crónica
La inflamación -como la vemos frente a golpes, picaduras, quemaduras, etc- es una reacción de los tejidos frente a agentes agresores. Cualquier tejido de nuestro cuerpo se puede inflamar y, si la exposición a los agentes agresores se mantiene en el tiempo, entonces hablamos de una inflamación crónica.
Los componentes de tu aparato digestivo pueden inflamarse al ser expuestos a intolerancias alimentarias y malas digestiones. Por ello es que la alimentación tiene un rol central: una dieta bien planificada puede descartar los alimentos que aumentan la inflamación del cuerpo directa e indicrectamente.
Qué es una dieta antiinflamatoria
Las dietas antiinflamatorias buscan prevenir aquella inflamación crónica celular o, si ya la padecemos, combatirla. No es una dieta restrictiva cuyo fin es perder peso, ni menos de una rutina alimentaria con fecha de caducidad. Al contrario, es una dieta que sustituye los malos hábitos por prácticas alimentarias saludables.
Así se busca lograr un mejor estado físico y mental.
Cuando hablamos de una dieta antiinflamatoria, debemos tener en cuenta cuatro principios:
- Consumir una cantidad elevada de grasas saludables, muchas frutas y verduras como fuente de agua y fibra
- Aumentar la ingesta de alimentos antioxidantes
- Limitar el consumo de las proteínas de origen animal, excepto el pescado azul u otros pescados grasos
- Reducir las dosis de alimentos procesados
Reglas fundamentales de una dieta antiinflamatoria
Estos son los 11 puntos más importantes ara seguir un plan alimentario que busca prevenir o combatir la inflamación celular:
1. Variar los alimentos
No hay que obsesionarse con un solo alimento, no importa lo saludable que sea, para evitar que el cuerpo se sature. Además, así favorecemos la variedad nutricional.
2. Consumir probióticos
Los probióticos son bacterias buenas que ayudan al equilibrio intestinal, y se hallan en suplementos alimentarios y en productos como el kéfir, miso, productos de soja y alimentos fermentados.
3. En ayunas, beber agua tibia con jugo de medio limón
Así estimulamos el metabolismo y purificamos el hígado. Puedes añadirle cúrcuma, jengibre, cayena o vinagre de manzana.
4. Incluye Omega 3
Puedes hallarlo en las semillas de chía, algas, aceite de oliva, salmón, cáñamo, frutos secos, aguacate, sardinas y boquerones, entre varios más.
5. Infusiones
A diario bebe infusiones como el té verde, té matcha o té de jengibre, que contienen amplias cantidades de antioxidantes y poseen propiedades antiinflamatorias.
6. Cenar temprano y no saltarse comidas
Es clave procurar comer todas las comidas y guardar ayuno nocturno, pues nuestro estómago debe descansar entre 10 y 12 horas todas las noches para permitir la regeneración celular.
7. Evitar estos alimentos:
Harinas, azúcares y sales refinadas, exceso de lácteos, alimentos procesados, carbohidratos refinados, carnes rojas, embutidos y refrescos.
8. Procurar una base natural para la dieta
Esto quiere decir, preferir alimentos frescos y enteros, de muchos colores y basados en el reino animal. La idea es también evitar aquellos alimentos con químicos en cantidades exorbitantes.
9. Consumir carnes ecológicas
Así te aseguras que no hayan sido tratadas con antibióticos ni hormonas.
10. Evitar antibióticos
Principalmente porque dañan tu flora intestinal. Si es necesario tomarlos, complementa con probióticos según la indicación de tu médico.
11. Hacer ejercicio
Es clave realizar ejercicios de resistencia y fuerza además de cardiovasculares.
Procura darle continuidad a la dieta y no practicarla mientras sientes malestares para abandonarla cuando te sientas mejor. Y siempre, ante cualquier dura, acude a un especialista.