12 Hábitos Que Te Ayudarán A Olvidar El Mal Aliento

Todos hemos escuchado a lo largo de los años que la higiene dental es muy importante, pero cepillarse los dientes dos veces al día y masticar un chicle a veces no es suficiente. Muchas veces, incluso después de esa rutina de limpieza diaria,  todavía podrías tener mal aliento. No debemos olvidar que existen casos científicamente probados de lo que podría ser la razón del mal aliento. Queremos ayudarte a resolver este tema de una vez y para siempre, es por eso que el día de hoy te traemos una lista de 12 hábitos que deberías tener y otros hábitos que deberías evitar para tener el aliento fresco.

 

1. Beber mucha agua

El agua jamás está demás.  La cantidad suficiente de agua estimula el flujo salival y ayuda a evitar la deshidratación, la que a menudo provoca la halitosis. Tip:  Acostúmbrate a dar unos sorbos de agua cada vez que alguien diga tu nombre en la escuela o en el trabajo.

 

2. No beber demasiado café

Sabemos que el café es importante por la mañana. Pero no exageres con esta bebida. La cafeína puede ralentizar la producción de saliva y, por lo tanto, secarte la boca. Esto provocará el mal aliento. Es mejor tomar una taza de té durante el almuerzo y la cena. Tip:  Beber té verde también puede ayudarte a neutralizar el olor a ajo.

 

3. Cepillar la dentadura

Cuidar tu dentadura postiza es tan importante como cuidar los dientes, así que debes tratarla debidamente. Practica la misma higiene oral como con tus dientes originales. Acostúmbrate a cepillarte los dientes por la noche para deshacerte de la placa bacteriana que surge después de comer.

 

4. Usar el hilo dental después de cada comida

Cualquier partícula de comida que permanezca entre los dientes por mucho tiempo actúa de la misma manera que si dejaras el bote de basura lleno. Apesta. Las bacterias de los alimentos van más allá de la línea de las encías y no solo pueden provocar el mal aliento sino también una infección. Es por eso que usar el hilo dental no es menos importante que cepillarse los dientes.

 

5. Cambiar tu cepillo cada 3 meses

Cuando estamos ocupados, el tiempo pasa volando y es posible que no notemos cuán rápido se desgasta nuestro cepillo de dientes. Un cepillo viejo no solo puede ser totalmente inútil, sino también puede agregarte más bacterias a la boca. Por lo tanto, es esencial cambiar el cepillo de dientes regularmente.
Tip: Cambia tu cepillo dental después de recuperarte de un resfriado para asegurarte de que no vas a traer esos gérmenes a tu organismo de vuelta.

 

6. No ignorar tu lengua

Cuando te cepillas los dientes por la mañana, recuerda limpiarte la lengua con el reverso raspador del cepillo. Se ha demostrado que así reduces el olor hasta en un 70 por ciento.
Tip:  Para matar dos pájaros de un tiro, puedes conseguir un cepillo de dientes con un limpiador de lengua y mejillas en la parte posterior.

 

7. Optar por enjuagues bucales sin alcohol

Muchas marcas de enjuagues bucales contienen hasta un 27 por ciento de alcohol en sus ingredientes. Te seca la boca y produce un olor desagradable después de que la frescura de la menta desaparece en una hora. Así que la próxima vez que compres un enjuague bucal, revisa la etiqueta a fondo para asegurarte de que no contenga alcohol. Tip: Un enjuague bucal con clorhexidina con el tiempo hasta puede manchar los dientes.

 

8.  Evitar azúcar de menta

El azúcar normalmente se agrega a los dulces de menta que deseamos tomar después de una comida. Y esto es exactamente lo que ayuda a crecer a las bacterias en nuestra boca. También podría empeorar tu mal aliento una vez que la goma de mascar o la menta se acaben. Por lo tanto, podemos llegar a la conclusión de que los refrescantes endulzados no son a largo plazo. Si quieres usar pastillas mentoladas, opta por las que no tienen azúcar.

 

9. Ser consciente de las medicinas que se consumen

La medicina como antidepresivos, analgésicos y antihistamínicos pueden suprimir el flujo de saliva y pueden ser la razón de la boca seca crónica. Tip: Recuerda preguntarle a tu médico sobre los efectos secundarios de cualquier medicamento que te receta.

 

10. Revisar si no hay cálculos en las amígdalas

En caso de que no lo supieras, los cálculos de las amígdalas son una mezcla de desechos y bacterias que se encuentran en la parte posterior de la garganta. Se ven como manchas blancas o bultos y huelen realmente desagradable. Para evitar que se formen, solo asegúrate de seguir una rutina de higiene adecuada y visita a tu dentista regularmente.

 

11. Cuidar tu peso

Otro tema importante de riesgo para la halitosis es la obesidad. Los investigadores de la Universidad de Tel Aviv han publicado un estudio que encontró una relación directa entre el sobrepeso y el mal aliento: cuanto más obeso seas, más probable es que tu aliento no sea tan agradable como te gustaría.

 

12. Decir no a la dieta baja en carbohidratos

Los que llevan  dietas bajas en carbohidratos reconocerán la palabra “cetosis”. Este es un proceso que obliga al cuerpo a quemar grasas y proteínas almacenadas para obtener energía debido a la falta de carbohidratos. Si tu dieta es demasiado estricta, tu cuerpo liberará sustancias químicas como cetonas que causan un olor realmente poco agradable. Con estas reglas, tu aliento será saludable y más personas querrán entablar una conversación contigo.