Una de las principales virtudes del ajo es su alto contenido de un compuesto azufrado llamado alicina, lo que además le da su intenso aroma. Es sumamente utilizado en el ámbito gastronómico pero también hay quienes lo usan en la preparación de remedios caseros.
Es una fuente natural de vitamina C y B, proteínas y minerales como calcio, cobre, potasio, fósforo y hierro. Su potente acción antiinflamatoria, depurativa y antiviral lo transforman en un remedio excelente para limpiar los pulmones y reforzar las defensas.
El ajo crudo aporta al organismo antioxidantes, vitaminas y minerales que frenan el daño causado por los radicales libres del ambiente, una de las principales causas del daño oxidativo y el desarrollo de varios tipos de cáncer. Además estimula la limpieza de los pulmones y otros órganos purificadores del cuerpo, eliminando virus, bacterias y microorganismos que producen las infecciones respiratorias y trastornos como la gripe o el resfriado.
Es de gran ayuda para los fumadores o ex fumadores, ya que estimula la eliminación de todos los tóxicos que se derivan del cigarrillo. El ajo es ideal para eliminar los metales pesados que se acumulan en el sistema respiratorio y que perjudican tu salud.
Ayuda a la recuperación de pacientes que sufren bronquitis, catarros, asma, neumonía, tuberculosis, tos ferina o congestión pulmonar.
Remedio de ajo y tomillo
Tritura 10 dientes de ajo en un mortero hasta que se conviertan en una pasta espesa. Agrega 3 ramitas de tomillo fresco y sigue triturando para que se mezclen. Vierte el producto en un recipiente de vidrio y cúbrelo con aceite de oliva. Tápalo y déjalo macerar todo la noche.
En ayunas ingiere una cucharada de este remedio para depurar tus pulmones, continúa tomándolo los siguientes días a la misma hora. En la segunda semana de tratamiento, podrás sentir los cambios.
Remedio de jengibre, ajo, cúrcuma, cebolla y azúcar
Calienta a fuego medio media litro de agua junto a 200 gr. de azúcar. Agrega medio kilo de cebollas, un trozo de raíz de jengibre picado, 1 cucharada de cúrcuma en polvo y 3 dientes de ajo machacados. Cuando hierva, baja el fuego y sigue revolviendo hasta que el líquido se reduzca a la mitad. Cuélala y déjala enfriar.
En ayunas toma dos cucharadas de este remedio, puedes diluirlo en agua tibia si así lo deseas. Consúmelo durante dos semanas, descansa una y vuelve a tomarlo. Puedes almacenarlo en un frasco hermético en el refrigerador.