Alimentar a los niños no es una tarea muy sencilla, en especial cuando las comidas no se ven, saben o huelen muy bien, ya que de inmediato comienza el asco o las ganas de dejarlo todo de lado y pasar rápidamente al postre.
Pero muchas veces las razones por las que los niños se niegan a comer son tan absurdas como increíbles y dejan a los padres realmente sin palabras.
Estas son algunas de las razones que compartes los padres más optimistas del mundo.
“Mi hija se negó a comer esta manzana porque le recuerda a Blancanieves”
“Mi hijo no quiso comerlo porque este muffin necesitaba a un doctor”
“No puede comerse esta patata frita porque está rota. Tampoco puedo comérmela yo porque no es mía. El círculo se cerró.”
“Mi hijo no quiso comerse estas cerezas porque les quité todos los huesos y ahora se convirtieron en aceitunas”
“Mi hijo no puede terminar de comer estas galletas porque no son Oreo. Nadie le había dicho que serían Oreo. Está llorando. Necesito ayuda.”
“Mi hijo no puede comer uvas “rotas” porque esto lo podría romper también a él”
“Mi hijo no puede comerse esta galleta tan tierna. Tuve que congelar esta “ternura” para que mi hijo pueda visitarla a veces”
“Mi hija se negó a comer esto poque el helado se derrite y los ositos de goma se hunden en él”
“Mi hijo no quiso comerse este Ratatouille porque no lo había preparado una rata”
“Mi hijo no puede comer esta pasta porque las conchas deben vivir en el océano. Y nadie debería comerlas”
“La tostada está lamida. El cereal está demasiado brillante. El yogur se parece a caramelos congelados. Los arándanos son de tamaño extraño. Parece que el objetivo de mi hijo es quitarme las ganas de vivir”
“Mi hijo no quiso comerlo porque las pizzas no pueden ser cuadradas”
“Mi hija pidió cambiar esto por nuggets de pollo porque es vegetariana”
“Mi hija no quiso comerlo y tuve que comérmelo todo yo. Una hora después, ella exigió sus waffles de vuelta y estaba llorando como una fanática de One Direction al enterarse de que Zayn Malik abandonó el grupo”
“Mi hija de 5 años no puede comer este pastel porque es demasiado hermoso”
“Mi hijo se negó a comer los osos sin cabeza, a pesar de que fue él quien los había decapitado”
“Mi hija de 5 años no quiso comer postre porque la obligué a compartirlo con su hermano. Y ella simplemente “no podía hacerlo””
“Mi hijo se negó a comer las frambuesas debido a sus “pelos asquerosos”. Tiene 15 años”
“Mi hija no quiso comer su desayuno porque su taza estaba demasiado llena. ¿Llena de qué? ¿De magia?”
“Mi hijo se negó a comer este queso porque seguramente estaba mordido por un ratón”
“Mi hijo se negó a comer un pastel con el glaseado partido. ¡Hace poco cumplió 17!”
“Mi hijo no quiso comer uvas pasas de la bolsa porque las quería comer de una caja”
“Mi hijo se negó a comer este plátano porque no fue papá quien lo peló”
“Mi hijo dijo que no iba a comer esto porque no estaba hecho de pizza”
“Mi hijo no lo quiso comer porque se veía demasiado divertido”
“Mi hijo se negó a comer este sándwich tostado con queso porque tenía una “cola”. Y él no se come a los animales”
¿Te ha pasado esto con tu hijo? Probablemente más de una vez.