Los niños deben tener una sueño reparador y de calidad para que su desarrollo sea integral. Este aspecto es tan importante como su alimentación.
Debido al horario laboral de los padres, los horarios de tareas escolares y el uso en exceso de dispositivos tecnológicos, las horas de sueño en los más pequeños de la casa se han reducido.
Muchos no son conscientes de las consecuencias de acostar a un niño tarde y de lo perjudicial que puede ser para su vida.
La importancia de un buen descanso en los niños
Dormir y hacerlo en las horas adecuadas es una de las principales fuentes de energía del cuerpo ya que así recargamos nuestras baterías del cerebro para un rendimiento optimo en el día y sólo así el niño tendrá la mente calmada y alerta.
El sueño también tiene consecuencias en las habilidades físicas ya que al hacer que los músculos descansen estos se recuperan de las tensiones y se preparan para trabajar al día siguiente, lo que es clave en lo escolar, deportivo y en el juego.
¿Qué es tener un sueño saludable?
Un sueño saludable implica:
- Un periodo de sueño suficiente.
- Sueño ininterrumpido.
- Un número apropiado de siestas para la edad.
- Un horario de sueño que se sincronice con los ritmos circadianos del niño (reloj interno).
Si todo lo anterior no se cumple hay falta de sueño y eso se presentará en algunos síntomas, pero hay medidas y hábitos para lograr un sueño de calidad.
Consecuencias de que un niño se vaya a dormir tarde
Hoy en día, los niños cada vez se resisten más a irse a dormir temprano y hay que tener en cuenta que un mal dormir puede tener consecuencias futuras.
Dificultades de concentración
Un mal dormir tiene consecuencias en la salud mental del menor ya que no dormir el tiempo adecuado hace que esté menos alerta y sea incapaz de concentrarse.
Un mal descanso es a menudo el causante de la falta de atención en clases y esto lo puede hacer menos activo y flojo.
Somnolencia
Debido a que se duerme tarde, el niño puede padecer de somnolencia diurna ya que no cumple con el tiempo de descanso adecuado y por ello está más cansado y siente ganas de dormir de día.
Algunos estudios relacionan la somnolencia diurna con el mal comportamiento y la falta de concentración.
Sensación de cansancio
Los niños tienden a sentirse más débiles y cansados si no duermen lo suficiente.
A veces incluso caen en estado de “hiperalerta” o ansiedad lo que puede conducir a trastornos del sueño.
Riesgo de padecer obesidad
Acostar tarde a un niño para que tenga un sueño breve puede ser un factor de riesgo de sobrepeso y obesidad, sobretodo si esto se acompaña de malos hábitos o sedentarismo.
Para mejorar los hábitos de sueño de los niños
Algunas investigaciones sugieren que los hábitos de sueño se adquieren los primeros meses de vida y por ello la labor de los padres es muy importante.
Lo ideal es que los niños se vayan a la cama a las 19:30 u 20:30 horas.
Es más fácil que un niño se vaya a descansar cuando sus padres y hermanos también le dan importancia a dormir el tiempo necesario.
También cobra importancia garantizarle al niño un lugar de descanso adecuado y libre de distracciones como televisores o dispositivos electrónicos.