No nos cuesta nada de dinero (al contrario, incluso lo ahorra), y enriquece nuestra alma, libera nuestra mente y vuelve saludable nuestro cuerpo. Pocos ejercicios son tan terapéuticos y transversales como caminar.
La European Society of Cardiology asegura que caminar unos 20 minutos al día nos permite cuidar de nuestro corazón, e incluso podríamos ganar entre 3 y 7 años más de vida. Entonces, la motivación para ponerlo en práctica es perfecta. Sólo necesitas unas buenas zapatillas y un ambiente agradable por el que andar, donde tengas buena oxigenación. Sería ideal, por ejemplo, si puedes caminar en el campo o en una zona verde habilitada.
Además de las ya nombradas, y para terminar de convencerte, a continuación te ofrecemos 4 excelentes razones por las que deberías comenzar a caminar hoy mismo.
Es un gran remedio anti estrés
Los pensamientos negativos, la rutina y el estrés son los mayores enemigos para nuestra salud. Muchas veces, si todos los días hacemos lo mismo acabamos “automatizando” nuestro cerebro, lo que es peligroso pues no le ofrecemos descanso real o estímulos nuevos.
Si sales a andar sin más obligaciones y sin presión alguna, sólo con una botella de agua y con zapatillas correctas y ropa cómoda, tendrás una liberación mental que tus neuronas agradecerán. Oxigenaremos nuestras células, se relativizarán pensamientos y la vida perderá su rigidez para permitirnos ser más libres.
Además, caminar nos permite reconectar con nuestras necesidades emocionales, pues nos permite dialogar internamente, liberarnos y así relajar muchas de nuestras estructuras cerebrales. Así, regulamos la neuroquímica que se asocia al estrés.
Nos vuelve más creativos
Algo tan simple como cambiar de ambiente pone en marcha nuestro corazón, aportando mayores niveles de oxígeno a nuestro cerebro y libera diversos neurotransmisores que tendrán varios efectos en nuestro cuerpo.
Por ejemplo, regula nuestros niveles de cortisol (en un nivel adecuado favorece la energía y la motivación, pero en exceso genera estrés), y además reorganiza la neuroquímica de nuestro córtex frontal (donde establecemos metas y aparecen nuevas ideas).
Salir de la rutina e ir a caminar a un área verde linda donde no solemos detenernos, o tener la posibilidad de andar en el campo nos traerá nuevas sensaciones y estímulos visuales. Relajará nuestra mente que, rodeada de placenteros estímulos, generará nuevas y mejores ideas.
El ejercicio favorito de tu corazón
Cuando hablamos de caminar, se trata justamente de eso. La idea no es correr o andar excesivamente rápido, pues si de un día para otro le exigimos a nuestro cuerpo algo que no solemos hacer, podría ocasionarnos problemas. Para caminar, debemos seguir la marcha normal sin llegar a correr. Así, o nos cansamos excesivamente pero obligamos al corazón a ponerse en marcha, mejorando la circulación y oxigenando cada tejido.
Con mejorar la presión sanguínea, regulamos el azúcar en la sangre. Además mejoramos la salud de nuestro sistema inmune y ayuda a que nos desintoxiquemos. En general, caminar permitirá que mantengamos nuestro peso corporal y a que combatamos la obesidad.
Cuida de tus huesos
El sedentarismo es un gran riesgo para nuestra salud ósea. Pasar entre 8 y 12 horas sentados nos producirá rigidez articular, falta de elasticidad muscular, acumulación de grasa, y pérdida de fortaleza y elasticidad de nuestros cartílagos.
Obviamente si tenemos una lesión de espalda o rodilla no podremos hacer caminatas largas, pero muchas veces caminar unos 10 minutos en superficies planas y seguras (como una cinta de andar) puede resultarnos terapéutico.
Si tenemos un problema óseo, debemos consultar a un especialista -un licenciado o graduado en ciencias del deporte, por ejemplo- sobre el mejor modo de llevar a cabo este ejercicio.
Caminar 20 minutos diarios nos protege de la descalcificación y de la pérdida de masa ósea, y además recibimos una buena dosis de vitamina D que reduce el riesgo de fracturas y mejora la coordinación muscular.