La etiqueta de los alimentos a veces miente y dice algo sobre el alimento que no es verdad en lo absoluto. Y esto no es un fenómeno extraño, sino uno bastante común.
La Organización de Consumidores y Usuarios de España (OCU) ha entregado una lista de alimentos que no son del todo lo que dicen ser.
#1 Néctar de fruta
Es uno de los alimentos más comunes y que señala ser algo que no es en realidad: “solo la mitad de un néctar es fruta. La otra mitad es azúcar con agua”, señalan desde la OCU. Encima, la fruta que usan son generalmente concentrados, zumos de fruta deshidratada, puré de fruta o una mezcla de todos ellos.
#2 Jamón York
Lo que sí es: un acompañante ideal y sabroso para el pan. Lo que no es: una pieza de jamón, como el que se obtiene de las patas traseras del cerdo.
“No hay jamón [en el jamón York], sino otras carnes de cerdo. Si bien son preparadas de la misma forma, las piezas son mucho menos nobles y más baratas“. Y si trae la etiqueta de ser extrajugoso, es porque tiene aún más agua añadida.
#3 Queso rallado
Es el favorito para acompañar los tallarines, pero en realidad no es queso: “se trata de productos lácteos con grasas vegetales más baratas que la grasa láctea, que no se funden con tanta facilidad como un queso de verdad y suelen quemarse al gratinar”.
En Europa ya no se pone la palabra “queso” en los envases y simplemente le llaman “rallado para gratinar”, sin embargo aún es conocido como “queso rallado” en Sudamérica.
#4 Carne molida
Una bandeja de carne molida contiene “espesantes, almidones, proteína de soja, conservantes y colorantes” además de carne. De hecho, el máximo porcentaje de carne que contiene la carne molida está entre el 65% y el 90%.
Alguno supermercados ofrecen el porcentaje real de carne contenido en la carne molida, para actuar de forma más transparente. Pero, obviamente, a mayor carne es mayor el precio.
#5 Anillos de calamar
Los aros a la romana se preparan con pota, un molusco similar al calamar pero que -parece obvio- no es calamar. Según el informe de la OCU:
Aunque parecida, se trata de otra especie: suelen ser más grandes y más duras. Como consecuencia de este último aspecto, se someten a un procesado con agua y fosfatos para hacerlas más tiernas y blanquearlas. Son considerablemente más baratas que el calamar.