Lamentablemente nuestros huesos no son nuestra prioridad. Nos alimentamos incorrectamente, soportamos demasiado peso en nuestros bolsos, llevamos una vida sedentaria y poco a poco, con el paso de los años, van apareciendo los dolores y los problemas.
Hay que tener claro que nuestro estilo de vida actual, determinará la salud ósea del día de mañana.
Nuestros huesos necesitan de un tipo de cuidados y alimentos específica que puedan prevenir determinados tipos de enfermedades como puede ser la osteoporosis, así como lesiones, fracturas tempranas de cadera, entre otros.
Comienza a cambiar tus hábitos y a mejorar aspectos de tu vida.
Alimentación que daña los huesos
Nuestro índice de masa corporal depende sobre todo de nuestro nivel de calcio, indispensable para mantener unos huesos firmes y fuertes. La vitamina D es esencial para ello, pero en muchas ocasiones, aún sabiéndolo, lo descuidamos. Incluso es posible que te esfuerces en tomar calcio diariamente, pero si los combinas con otro tipo de alimentos de nada te va a servir, puesto que existen determinados elementos que van minando poco a poco el nivel de calcio en los huesos.
- Refrescos: Especialmente las bebidas cola. Porque estas disponen de una alta cantidad de ácido fosfórico que reduce precisamente la absorción de calcio. Por lo tanto es mejor evitarlas. Además nuestro riñones sufren mucho para procesar estas bebidas con gas.
- Café: No es recomendable tomar más de 2 tazas de café al día. El café dispone de xantinas, sustancias que aumentan la excreción del calcio por orina, así que poco a poco lo que hace es favorecer la desmineralización ósea.
- Sal: La sal descalcifica, es mejor evitarla y todo lo que la contenga. En especial es importante reducir el consumo de fiambres, conservas, enlatados, snacks y galletas saladas.
- Carne roja: Son especialmente dañinas para los huesos. Son ricas en aminoácidos azufrados, elementos que aumentan sin que nos demos cuenta, el expulsar el calcio por la orina. Siempre es recomendable obtener proteínas mediante los vegetales.
Falta de sueño
Nuestro cuerpo realiza unos ciclos especiales parar depurar y desintoxicar nuestro organismo, procesos que se indican en el sistema linfático, que siguen con el hígado y que poco a poco van restaurando y reequilibrando nuestras funciones básicas. Esto solo lo conseguimos cuando estamos sumidos en un completo descanso.
Según un estudio publicado en el Journal Evidence-Based-Medicine, no dormir bien daña la salud de los huesos y la médula ósea, al reducir y dificultar la mineralización de los huesos, provocando que el día de mañana suframos osteoporosis.
No fumes
Las personas que recurren a este dañino hábito, suelen tener los huesos más débiles. En especial la incidencia está más marcada en la mujeres quienes al llegar a la menopausia tiene mayor probabilidad de sufrir roturas de huesos.
Cuidado con los bolsos y tacones
El uso de tacones afecta nuestra postura corporal, así como los huesos de los pies, pantorrillas y espalda. Al final del día se siente dolor y consecuente cansancio, pero al cabo de los años se pueden sufrir serios problemas. Escoge mejor un tacón medio y más cómodo.
Con los bolsos paso algo parecido, muchas veces se cargan hasta 10 kilos y aparecen las molestias, dolores y contracturas, las que incluso pueden afectar la estructura ósea. Hay que poner atención en el tamaño, el tipo de tiras, forma y el peso del bolso, además si lo usas diariamente, puede afectar otras partes del cuerpo como hombros, brazos y manos.
Recuerda cargar los bolsos grandes con cuidado, un rato cada hombro, sin sobrecargarte. Hay que tener cuidado de que los codos no sufran y no acabes padeciendo una “epicondilitis”. En este caso, es aconsejable llevarlos con muy poco peso y cambiarlos de brazo cada cierto tiempo.
El bolso más adecuado para la salud de la espalda, brazos y hombros es el estilo “bandolera”, con el asa ancha y acolchada, pegada al cuerpo, sin balanceos.
No al sedentarismo
Hay que comenzar a tomar conciencia de que el sedentarismo debilita los huesos, pierden su resistencia, su agilidad y las articulaciones ya no son tan fuertes si no movemos o entrenamos nuestro cuerpo. Mientras vayamos envejeciendo sentiremos cada vez más las consecuencias del sedentarismo, por lo que comienza a mover tu cuerpo ahora.