No importa lo ocupados que estemos, comer es una de las actividades irreemplazables durante el día. Debemos siempre cuidar de tener tiempo para comer -uno relajado, donde podamos dedicarnos exclusivamente a ello-. Y es que la comida es el combustible de nuestro cuerpo.
En este horario, hay malos hábitos que ciertamente no deben hacerse, pero que muchas personas terminan desarrollando de igual manera, y como consecuencia aparecen dolores y molestias extrañas.
A continuación te mostraremos algunas de esos malos hábitos, para que los tengas en consideración y evites realizarlos.
Fumar
El cuerpo debe digerir los alimentos luego de comer, y para ello el cuerpo utilizará mucho oxígeno. Pero cuando fumas, la nicotina se unirá a este oxígeno y, como resultado, las posibilidades de desarrollar enfermedades cancerígenas aumentarán.
Comer frutas
La digestión de los alimentos es distinta a la de las frutas, porque el cuerpo usa enzimas especiales para ellas y así aprovechar sus nutrientes. Por ello es mejor comer fruta con el estómago vacío, especialmente en ayunas, para aprovecharlas mejor. El azúcar natural presente en ellas hace que se necesite más tiempo para procesarlas.
Además, al comer fruta con el estómago vacío se aprovechan mejor sus nutrientes, azúcares y fibras. Pero si las consumimos después de comer, podemos sufrir consecuencias como la indigestión la acidez estomacal y los incómodos eructos.
Dormir
Si te acuestas justo después de comer, te estás arriesgando a sufrir hinchazón, molestias y mal sueño. Según estudios de la Facultad de Medicina de la Universidad de Loannina, esperar un tiempo antes de irse a la cama luego de comer ayuda a tener menos riesgo de padecer derrames cerebrales.
Idealmente espera al menos una hora antes de acostarte, luego de haber consumido los alimentos.
Tomar un baño
Al mojarnos, la temperatura del cuerpo cambia bruscamente y cambia la dirección del flujo sanguíneo para que llegue a la piel. Es debido a ésto que tenemos menos sangre para ayudar al organismo a digerir la comida, ralentizando el proceso de digestión o incluso dejándolo sin terminar.
Beber té
Es algo muy común en varias culturas, pero puede provocar severos daños. Uno de los principales compuestos del té es el ácido tánico, que se une con el hierro del cuerpo y el aportado por la alimentación. Esto dificulta mucho el proceso de digestión y resultar especialmente dañino para quienes sufren de anemia.
Si acostumbras realizar al menos alguno de estos hábitos, te recomendamos que los dejes paulatinamente por el bien de tu digestión y -por supuesto- de tu salud.