La miel se ha convertido en un alimento muy codiciado e ingerido por muchos, ya que nos entrega minerales, nutrientes y enzimas bastante beneficiosas para la salud y además es un excelente sustituto del azúcar.
Pero hace algún tiempo muchos productores comenzaron a aprovecharse de los vacíos legales para vender miel falsa y pasarla por real. Por eso es importante que cuando adquieras un tarro de miel sepas muy bien cómo identificarla y que no estés consumiendo un producto falso.
Prueba del pulgar
Toma un poco de miel y ponla sobre la uña de tu pulgar. Si se queda en su lugar, entonces se trata de miel real, ya que es espesa y viscosa. Pero si se corre como un líquido menos espeso, entonces se trata de un producto falso, a pesar de su sabor que solo se debe a la gran cantidad de azúcar añadida.
Prueba del agua
Si agregas una cucharada de miel en un vaso con agua podrán pasar dos cosas. Si la miel queda en el fondo y no se disuelve, entonces es real, ya que al ser más densa necesitará que la revuelvas constantemente para que se integra al agua. Pero si la miel es adulterada, será más líquida y se disolverá fácilmente junto con el agua.
Prueba del fuego
La miel pura es inflamable, por lo tanto si tomas un poco de algodón, lo cubres con miel y le prendes fuego, esto se encenderá. Pero si haces lo mismo con miel falsa, no pasará nada.
Ten cuidado al realizar esta prueba.
Prueba del vinagre
Agrega una cucharada de miel a un vaso con agua y agrega 2 o 3 gotas de vinagre. Si se crea algún tipo de espuma, entonces sabrás que la miel es adulterada.
Prueba del calor
Si calientas un poco de miel real, se caramelizará, pero si es falsa, se evaporará.
Otra forma de reconocer una miel real es revisando su textura, la cual debe ser suave pero consistente, su olor dulce y debe dar una sensación de cosquilleo en la garganta al consumirla.