Con el metabolismo, nuestro cuerpo transforma los alimentos y bebidas que consumimos en energía. Este proceso químico permite que cada uno de nuestros órganos trabaje en su estado más óptimo, además de cumplir distintas tareas diarias. Su ritmo es más efectivo a través de la actividad física, pero en estado de reposo sigue funcionando para permitir una circulación de la sangre y respiración adecuada.
El metabolismo está determinado por factores como la edad, el sexo o el tamaño del cuerpo. Una persona tiene el metabolismo lento cuando tiene un gasto calórico mínimo mientras está en estado de reposo.
Poseer un metabolismo lento implica un alto riesgo de sobrepeso y obesidad, por lo que siempre vale la pena poner consejos en práctica para acelerarlo correctamente.
Divide tus comidas en varias porciones
Además de las tres comidas principales que deben ser respetadas, es conveniente dividirlas en 5 o 6 porciones al día, para ayudar a que el metabolismo trabaje a un buen ritmo. Puede parecer contradictorio, pero cuando nuestro cuerpo no recibe suficientes calorías, este reacciona ahorrando energía y disminuyendo su temperatura.
La idea de esta técnica es elegir alimentos ricos en fibra, vitaminas y minerales, que además sean ligeros en calorías.Estos te causarán una sensación de saciedad, frenando la ansiedad para comer harinas, azúcar y todas esas opciones pobres a nivel nutricional.
Aumenta el consumo de proteínas
No necesariamente tienes que basar tu dieta en proteínas, pero es conveniente aumentar su porción para mejorar el rendimiento físico y aumentar el gasto calórico. Además, ayudarán a ganar masa muscular y a quemar la grasa, para lograr un cuerpo más delgado.
Pero debes elegir aquellas de alta calidad, que respondan a las necesidades del organismo, como por ejemplo: huevos, pescado, espinacas y carnes magras.
Respeta tus horas de sueño
Quienes poseen una mala calidad de sueño, sufren más riesgos de aumentar de peso en comparación con quienes duermen bien, debido a que el metabolismo se ralentiza al alterarse hormonas relacionadas como la leptina y la grelina.
Esta última es la responsable de causar la sensación de hambre, mientras la leptina genera sensación de saciedad. Al no conciliar de forma adecuada el sueño, probablemente tengas más sensación de hambre tanto en la noche como durante el resto de la jornada.
Incremente tu consumo de agua
Tomas bastante agua al día es muy beneficioso, pues mantiene al cuerpo hidratado y apoya la desintoxicación. Si tu cuerpo está deshidratado, tendrá muchas dificultades para usar su energía, lo que desencadenará en acumulación de grasa.
Puedes potenciar sus efectos añadiéndole una cucharada de vinagre de manzana o jugo de limón.
Haz ejercicio
Puede que creas que la actividad física no es divertida, pero debes tener claro que es la mejor manera de acelerar tu metabolismo. Combinando ejercicios cardiovasculares con entrenamiento de alta intensidad, podrás quemar la grasa almacenada y aumentar tu masa muscular.
Debes dedicarle al menos 30 minutos al día, todos los días. Si eres una persona sedentaria, nunca comiences con una rutina de alto impacto inmediatamente pues puede resultar perjudicial para tu cuerpo. Hazlo siempre de forma gradual, para que tu organismo se vaya acostumbrando.
Aumenta el consumo de fibra
Este es un nutriente esencial que nunca debe faltar en tu dieta, pues apoya la digestión, facilita la eliminación del colesterol y causa mayor sensación de saciedad. Es un gran apoyo para incrementar el metabolismo y bajar de peso.
Algunas fuentes de fibra incluyen:
- Vegetales de hojas verdes
- Manzana
- Piña
- Melón
- Papaya
- Semillas de chía
- Semillas de linaza
- Frutos secos
- Avena
- Arroz integral
Adopta estos hábitos y lograrás perder más de unos cuantos kilos, y mejorarás tu salud.