La respiración profunda ayuda a eliminar toxinas y combatir el dolor a través de la liberación de endorfinas.
La respiración profunda da calma a quien la practica de forma regular.
Con esta técnica, la persona toma bocanadas de aire profundamente, retiene el oxigeno y lo exhala de forma lenta. Esto es común en el yoga o mindfulness.
Muy pocas veces pensamos en como respiramos, pero los científicos de la Universidad de Stanford elaboraron un estudio sobre los beneficios de la respiración profunda.
El bioquímico y director de este estudio, Mark Krasnow, ha identificado un grupo de neuronas que median entre este tipo de relajación y respiración, la eficacia para regular emociones y reducir la ansiedad.
Esta técnica es sencilla y accesible que sólo requiere que respiremos con calma y de forma pausada.
La respiración profunda regula el estrés y la ansiedad
Un estudio realizado por la Universidad de Pisa en Italia, aclara que la respiración profunda puede calmar y regular los ataques de ansiedad.
Con la respiración inhalamos oxigeno que nos ayuda a crear energía en las células y exhalamos dióxido de carbono, subproducto resultante de la respiración celular.
Cuando nos asustamos o sentimos pánico nuestra respiración se entrecorta y se vuelve rápida, generando que el corazón se dispare.
La respiración profunda regula el sistema nervioso parasimpático y estimula la relajación logrando que el corazón y la mente entren en calma.
Al aportar oxígeno a nuestro organismo, nuestros músculos también dejan de tensarse y el sistema parasimpático deja de enviar cortisol y adrenalina elevada a nuestro cuerpo que entra en un estado de calma, al igual que nuestra mente.
Eliminar toxinas
Nuestro cuerpo elimina gran parte de sus toxinas a través de la respiración.
El dióxido de carbono es un residuo natural proveniente de procesos metabólicos que debe ser expulsado de nuestro cuerpo de forma regular.
Si nuestros pulmones están acostumbrados a llevar a cabo respiraciones rápidas, no expulsamos del todo estos desechos.
Deberíamos dedicar al menos 2 o 3 veces al día 10 minutos a respirar profundamente.
Disminuye la sensación de dolor
Cuando sentimos dolor de forma inconsciente contenemos la respiración al recibir un golpe, impacto o al ser heridos, pero si padecemos de dolores crónicos como artritis, lupus o fibromialgia, nos irá bien si hacemos lo mismo.
Prueba contener la respiración unos segundos y luego respirar de manera pausada y profunda.
Así liberarás endorfinas, los analgésicos naturales del cuerpo. Un estudio realizado por la Universidad de Regensburg de Alemania hace hincapié en el efecto sedante de la respiración profunda.
Mejora tu postura
Practicar la respiración profunda nos ayudará a mejorar el esquema corporal y el eje espalda y cuello.
Al llenar los pulmones de aire estimulamos la columna vertebral y la ponemos en una postura armónica, equilibrada y correcta.
Estimula el sistema linfático
El sistema linfático es parte importante del sistema inmune del organismo y está compuesto por vasos linfáticos, tejidos, órganos y ganglios que cumplen funciones como la de llevar el líquido linfático, es decir liberar al cuerpo de restos de células muertas y desechos.
La respiración profunda ayudará con lo anterior según una investigación realizada por la Universidad Flinders en Australia.
Cuida tu corazón
el ejercicio aeróbico o cardio usa la grasa como energía mientras el ejercicio anaeróbico, es decir el entrenamiento con fuerza, usa la glucosa como energía.
Si cada día usas el ejercicio de la respiración profunda, llevarás a cabo una rutina de cardio según un estudio realizado por el Govt Medical College en la India.
Mejora tu digestión
La respiración profunda aporta oxigeno de forma regular a nuestro organismo, el que es suministrado a los órganos digestivos para que trabajen de forma eficiente.
Lo anterior influye en el flujo sanguíneo y estimula la acción intestinal.
También la respiración profunda regula el sistema nervioso para sentirte más calmado y así llevar una digestión más tranquila y eficiente.
