Siempre nos dijeron que a mediad que pasaba el tiempo perdíamos neuronas de manera irreversible, sin embargo, esto no es del todo cierto.
La formación de nuevas neuronas o neurogénesis, prosigue en el cerebro en la vejez en la región denominada hipocampo, el cual participa en la memoria y el aprendizaje. Una vez formadas, las nuevas neuronas se incorporan al resto del circuito neuronal.
La generación de nuevas neuronas repercute en la atención, la memoria, la capacidad de aprender, la motivación, las emociones y el condicionamiento al miedo. Además, los estudios científicos sugieren que ciertos estilos de vida aumentan la producción neuronal y rejuvenecen el cerebro.
1 . Tocar un instrumento musical
La música mejora la rapidez mental y la capacidad de aprendizaje cuando tocamos un instrumento musical. No importa si eres principiante, ya que simplemente la combinación de la actividad auditiva, táctil y sensorial, la lógica, la analítica y el movimiento al seguir el ritmo de la música genera en el cerebro el trabajo sincronizado de distintas regiones cerebrales.
Aprender a tocar un instrumento, es para el cerebro lo mismo que hacer gimnasia. A mediano plazo, se mejora la capacidad de resolución de problemas combinando el lado práctico con el lado creativo y se almacenan recuerdos y aprendizajes con mayor eficacia.
Esta práctica puede aumentar el cociente intelectual en edad preescolar. De hecho, un estudio realizado a preescolares que aprendieron a tocar el piano, demostró que el cociente intelectual aumentaba de manera más significativa que en aquellos que no habían seguido clases de piano.
2 . Oxigenarse
El ejercicio aeróbico que realizamos al trotar, bailar, nadar, pedalear, etc., fomenta la generación de nuevas neuronas, sobre todo, para mejorar el conocimiento. Además con estas actividades se mejora el riego sanguíneo e incluso se pueden generar vasos sanguíneos nuevos y reforzar los ya existentes.
Se optimiza el transporte de nutrientes y oxígeno a las células del cerebro y se fomenta la neurogénesis. Un estudio
3 . Mover las piernas
Mover las piernas aumenta la neurogénesis en áreas de la memoria y el aprendizaje, efecto que no se observa en los animales sedentario que no se ejercitan. Por eso, cuanto más movemos las piernas, más neuronas generamos.
A mayor distancia recorrida, mayor neurogénesis se produce en las áreas de aprendizaje y memoria. Al recorrer lugares caminando el cerebro estimula la exploración de nuevos entornos que conviene aprender y recordar para orientarse.
La exploración de nuevos espacios y el descubrimiento de nuevos objetos reducen el riesgo de alzhéimer y mejoran la memoria. Por el contrario, reducir la movilidad de las piernas genera una reducción de la formación de nuevas neuronas.
Se ha demostrado que los astronautas que pasan meses en situación de ingravidez o las personas con movilidad reducida en las piernas como consecuencias de patologías, reducen la neurogénesis hasta en un 70%. Para estas personas, la meditación es una buena alternativa.
4 . Ejercicios cuerpo-mente
La práctica de meditación, yoga, tai-chi, mindfulness, etc., implica aprender sobre el transcurso natural de pensamientos y patrones de conducta sin necesariamente añadir un componente emocional. Estos ejercicios promueven funciones de la memoria para la ejecución de tareas y la toma de decisiones, además de estimular la actividad neuronal en diversas regiones cerebrales.
La práctica diaria de meditación o yoga durante unos meses modifica los circuitos neuronales y se detecta un aumento de la materia gris en las áreas cerebrales de la memoria y la gestión de la emociones. Estas actividades contribuyen además a una respiración más profunda enormemente beneficiosa para el cerebro, un órgano extremadamente ávido de oxígeno.
5 . Escribir un libro
Según un estudio de 2018 en donde se midió el volumen cerebral de escritores creativos, se demostró que estas personas dedicadas al género literario tienen mayor cantidad de materia gris (más neuronas) en algunas áreas cerebrales que gestionan la generación, organización y revisión de ideas que es necesario para escribir un texto inédito.
El escritor creativo además ejercita las tareas asociadas con la memoria en el largo plazo.
6 . Comer para los tres cerebros
Al cerebro le encanta la grasa, por lo que los pescados tipo omega-3 son esenciales para el cerebro. El omega-3 se acumula preferentemente en las regiones del cerebro relacionadas con la memoria y el aprendizaje (zonas de la corteza y el hipocampo). Pero el cerebro no produce omega-3, ya que carece de los elementos del metabolismo que se necesitan para fabricarlo, por lo que es esencial su consumo en la dieta.
Tomar las cantidades adecuadas de omega-3 no solo disminuye la muerte neuronal, sino que además aumenta la formación de neuronas. El estado anímico también se ve afectado por niveles bajos de omega-3, ya que se tiene más predisposición a la depresión y al bajo estado de ánimo, incluso aumenta el riesgo de suicidio.
Los alimentos ricos en fibra, los fermentos lácticos y las dietas con porciones adecuadas de fruta y verdura ayudan a mantener la salud del intestino y de los microorganismos que lo habitan, que representan nuestro “segundo y tercer cerebro”.
Un intestino con los microorganismos adecuados genera un aumento de las moléculas que se necesitan para promover la neurogénesis en el cerebro.
7 . Desarrolla tu creatividad
Todas aquellas actividades que fomentan la creatividad, como las artes plásticas, las artes escénica o la escritura, pueden producir neuronas. La creatividad es una de las actividades en las que el cerebro más energía gasta y con las que más se estimula. Ser creativos es parte de nuestra naturaleza.
¡A ponerlo en práctico y a generar nuevas neuronas!