Aunque generalmente la consumimos como antojo o gusto ocasional, los beneficios que la gelatina nos aporta son variados. La gelatina es parte fundamental de mermeladas, helados, algunos yogures, los malvaviscos, dulces gomosos y algunas clases de salsas. También tiene aplicaciones como parte de algunos productos farmacéuticos y cosméticos.
La gelatina como tal (no sus variedades azucaradas encontradas en el comercio) tiene varios beneficios:
Controla tu peso
Ya que contiene fibra y proteínas, permite que te sientas saciado eliminando antojos de alimentos dulces. Así, comerás solo lo que tu cuerpo necesita.
Muchos nutricionistas la recomiendan como sustituto de dulces, que pueden ir en presentación clásica o como figuritas hechas con moldes para chocolate.
Acelera la curación de heridas
Las proteínas son claves para el proceso de cicatrización, y la glicina es un aminoácido estrechamente ligado a la reducción de la inflamación. Cuando comes gelatina, tu cuerpo recibe una buena dosis de glicina y proteínas, por lo que es más fácil generar nueva piel. Así, la cicatrización tarda mucho menos.
Este efecto se potencia mediante la adición de vitamina C a la misma gelatina, pues este nutriente estimula la síntesis del colágeno.
Dientes, piel, cabello y uñas más sanas
La queratina es el elemento común en la salud de nuestro cabello, piel, uñas y dientes. De seguro has visto miles de productos que aseguran contener altas cantidades de queratina, pero la mayoría cuesta demasiado.
Si no tienes dinero para comprarlos (o quieres una versión más deliciosa), la gelatina es la mejor opción.
Huesos y articulaciones más sanos
Sus proteínas, junto con el selenio, fósforo y cobre presentes en la gelatina, ayudan a nuestros huesos a mantenerse fuertes gracias a que aumentan la densidad mineral ósea del cuerpo. Así previenes enfermedades como la osteoporosis.
Además, los aminoácidos de la gelatina reducen la inflamación de tus articulaciones. Junto con ello, la gelatina contribuye al desarrollo de los cartílagos, reforzando tus articulaciones y huesos.
Mejora el sueño
La glicina es asociada con mejores ciclos de sueño, pues estimula ciertas enzimas y neurotransmisores que aumentan la duración y calidad del sueño.
Comer gelatina es importante para que tu cuerpo recupere la energía y, cuando la consumes un par de hroas antes de dormir, también ayuda a que tu sueño sea más profundo. Así, descansarás mucho más.
Previene el envejecimiento
La gelatina es básicamente colágeno seco, un importante elemento para mantener la salud de la piel pues le entrega elasticidad y tensión entre las células dérmicas. Si aumentas la cantidad de colágeno en tu cuerpo, tu piel se mantendrá más firme y joven.
Esto no quiere decir que las arrugas y signos de la edad no vayan a aparecer jamás, pero sí se tardarán más en hacerlo.
Mejora tu salud digestiva
Una de las particularidades de la gelatina es que se une naturalmente con el agua, lo que hace que el cuerpo asimile su fibra con mayor facilidad. La fibra es clave para prevenir las patologías intestinales.
Si comes gelatina con cierta frecuencia, disminuirás problemas como el estreñimiento y la incapacidad para absorber los nutrientes correctamente. Además, estimula a los jugos digestivos y aumenta el movimiento peristáltico de los músculos intestinales.
Alivia alergias
Varias alergias se deben a que tienes un intestino “permeable” incapaz de procesar ciertas sustancias. Comer gelatina curará ciertos problemas ocasionados por las alergias y ayudará a combatir la condición de tu tracto digestivo.
Por ello es recomendable que incluyas una buena cantidad de gelatina en tu dieta, vigilando siempre qué alimentos te suelen causar daño.
Estimula tu sistema inmune
Otro aminoácido presente en la gelatina es la prolina, relacionado a la mejora en la función inmunitaria de muchas especies animales y humanos. Cuando comes gelatina, en consecuencia, mejorarás tu capacidad de combatir enfermedades e infecciones.
La gelatina no es un alimento que suela tener contras, aparte de producirte algo de tensión abdominal o dolor estomacal si la comes en exceso. Por ello, incluirla en tu dieta no debería ser un inconveniente.
Como es un alimento versátil, lo puedes integrar de distintas formas a tu dieta, con yogur, fruta, semillas o postre en tu comida. De todas maneras, procura elegir variedades sin azúcar.