En cualquier spa o centro de relajación suelen tener deliciosas velas aromáticas. Quizás tú también las usas en tu casa, para bajarte el estrés luego de un ajetreado día. Pero te tenemos malas noticias: un estudio de la empresa National Air Quality Testing Services (NATQS) descubrió que estas velas aromáticas desprenden partículas que podrían llegar a tu torrente sanguíneo y generar enfermedades cardiovasculares.
En el Reino Unido, NAQTS es el ente regulador del aire, y además determinó que las velas aromáticas guardan relación con el Alzheimer. Las nocivas partículas que liberan viajan tan rápido que incluso se han hallado en la placenta de bebés recién nacidos.
Si ahora tienes una encendida, basta con apagarla para solucionarlo. Y es que según la investigación, realizada por Douglas Booker, todo se debe a la parafina, un derivado del petróleo que es el principal componente de estas velas. Además, las velas contienen productos cancerígenos como la acetona, el benceno y el tolueno.
Si enciendes unas velas de este tipo en tu baño, estás haciendo algo equivalente a arrancar un motor diésel dentro de una habitación pequeña. Pero aunque hace el mismo daño, en este caso está disfrazado por un olor agradable.
Es por eso que algunos lugares decidieron usar otra alternativa de productos, que disminuyen el impacto.
Algunas de las alternativas a estas velas son las hechas con cera de abeja y de soja, que además de ser ecológicas son también más limpias para nuestro cuerpo. El único contra que tienen es su costo un poco más alto.
También puedes usar las velas inodoras, que no tienen estos aditivos perjudiciales para tu salud. O podrías usar palitos de incienso.