La carne del pollo es rosada, pero si te has dado cuenta a veces presenta rayas blancas en la pechuga. Un estudio realizado por la Universidad de Bolonia, sugiere que estas rayas pueden significar algo muy peligroso.
Un estudio
En comparación a hace 50 años atrás, el estudio dice que pollos y pavos hoy pesan 3 kilos en la mitad de tiempo y se venden con el doble de su peso corporal. Esto es evidente en pollos con dietas de alta energía que son ricas en aceite de ave suplementario, una grasa animal insaturada. Estas practicas surgen para poder con la demanda de aves de criadero, y con la demanda de pechugas de pollo, muy popular en Europa y América del Norte. Esto puede conducir a u trastorno muscular lo que se traduce en una disminución de los músculos de las aves y un aumento de su grasa, como se puede apreciar en las pechugas de pollo que tienen rayas blancas.
El estudio confirma que la carne de pollo ha perdido su valor nutricional, lo que ha incrementado la preocupación por las rayas blancas en las pechugas de pollo, lo que además significa que la carne ha perdido gradualmente sus proteínas funcionales. Una encuesta realizada dentro del estudio, afirma que las rayas blancas han impactado al 12% de los filetes de pechuga por lo que es difícil llegar a resultados concluyentes.
En definitiva se cree que la carne de ave que presenta rayas blancas es segura para el consumo humano, aunque hay cambios en el sabor ya que en los pollos sanos la carne es más dura y poseen lo que se denomina como sabor ”amaderado”. Esta carne también tiene menos sabor y no absorbe el marinado del pollo.
La mitad de los consumidores dijo que no compraría carne de ave con rayas blancas. Además los filetes con estas rayas son más gordos y tienen una imagen jaspeada. Si estas rayas son consecuencia de una técnica para que las aves pudieran venderse antes de tiempo, esto parece ser algo contraproducente.
Aunque aún se requiere más investigación para determinar si estos procesos afectan a los humanos, las rayas blancas sin duda no son buenas ante nuestros ojos, lo que es una pésima noticia para la industria avícola.
Esperamos que la gente compre aquello que cree fehacientemente que es seguro de consumir para que la industria se de cuenta de que no debe invertir en generar carne más rápido para grandes poblaciones mientras deja de lado lo saludable en su producción.