El problema no es puramente dietético, sino un peligro químico que se ha asociado a este cereal, por lo tanto aquellas personas que consumen mucho arroz “deberían comerlo de una manera más protectora”.
Científicos advierten que el arroz contiene arsénico inorgánico (iAs), un semimetal extremadamente tóxico que, una vez ingerido, se acumula en el cuerpo humano y afecta distintos sistemas digestivos del organismo, específicamente el cardiovascular. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ya alertó sobre su elevada presencia en los granos en un informe del años 2014.
Los investigadores de la Universidad de Mánchester y de Salford (Reino Unido), compararon estos datos con otros disponibles y calcularon cuánto arsénico llega al organismo humano en distintos grupos de la población británica. Quienes lo ingerían mas de un cierto umbral (0,3 microgranos por persona y día), tenían mayores tasas de mortalidad por enfermedades cardiovasculares.
Aunque también es posible que las personas se intoxiquen con arsénico proveniente de otras fuentes, el estudio se enfocó en la inevitable ingesta de ese elemento a través del arroz. La investigación también consideró otros factores como tabaquismo, diabetes y obesidad, los que también influyen en la mortalidad, pero estimaron que estos actúan de forma aparte del cereal.
De todas formas, los investigadores señalan que el arroz no necesariamente es un alimento nocivo, ya que existe un “equilibrio entre los impactos negativos de la exposición del iAs del arroz y los impactos positivos provenientes de exponerse a la fibra, las proteínas y una amplia gama de micronutrientes del arroz”.
Sin embargo, este equilibrio no es suficiente para considerarlo como un alimento recomendable. En Inglaterra y Gales, la cuarta parte de los consumidores más aficionados al arroz corren un mayor riesgo de mortalidad cardiovascular frente a la cuarta parte que tiene menores tasas de consumo. Este aumento del riesgo está cifrado en aproximadamente el 6%, según detalló el profesor David Polya, coautor del estudio.
Los investigadores aconsejan a los aficionados a las dietas ricas en cereal, que sustituyan el grano integral por variedades como el basmati y el arroz pulido, los cuales suelen tener un contenido más bajo de arsénico.