Probablemente todos hemos sido víctimas algunas vez de la clásica broma de la cara en el pastel de cumpleaños y si bien nos suele dar risa, en ocasiones la persona celebrada no se alegra mucho al ver cómo se destroza su torta.
Especialmente cuando eres niño y deseas con ansias que ese día sea especial, captar toda la atención y quizás ser admirado.
Pero este pequeño no tuvo la suerte de que su día terminara siendo genial, ya que su tía pensó que meter su cara en el pastel sería algo entretenido. Lo peor de todo es que lo tomaron totalmente desprevenido y cuando su tía se acercó a empujarle la cabeza, el desastre se desató.
El niño desató un primer llanto y después se llenó de ira contra la tía.
El niño no supo cómo lidiar con la vergüenza que sentía, por lo que su mejor opción fue dar manotazos contra su tía. Luego se desquitó con la torta, y es que habían transformado su bonito pastel en la fuente de su molestia.
Por eso la tía debió tomarlo y llevarlo a otro lugar, de otro modo, no habría quedado nada que compartir con los invitados.
Los expertos advierten que estas prácticas pueden causar asfixia si llegan a entrar en las fosa nasales. Pueden tapar fácilmente estos hoyos y por su textura cremosa suelen ser difíciles de extraer.
No se sabe cómo terminó el cumpleaños del pequeño, pero definitivamente pasó un mal rato innecesario.
Aunque se trate de una broma, siempre hay que tomar en cuenta la disposición que hay en otras personas al momento de realizarlas, ya que todo puede terminar mal.
En este caso el niño reaccionó con violencia y pudo ser controlado, pero habría sido muy diferente si un adulto se hubiera molestado de esa forma.
Aunque muchos (o no tantos) disfrutan de estas bromas, hay que entender que no es algo que todos acepten o prefieran a la hora de soplar las velas del cumpleaños.