El primero delos estudios fue publicado en la revista Environmental Research y fue realizado por el Departamento de Higiene de la Universidad de Catania, en Italia, este encontró microplástico en lechugas, zanahorias, papas, brócoli, peras y manzanas tanto de supermercados como de productores locales y de todo ello las más afectadas fueron las manzanas y zanahorias.
Debido a esto la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), con la Comisión Europea iniciaron una investigación de seguridad alimentaria respecto a los microplásticos.
La investigación, llevada a cabo por el Instituto Yanthai en China y la Universidad de Leiden en los Países Bajos ha mostrado que los microplásticos están penetrando las raíces de estos alimentos.
Antes de esto se pensaba que incluso los microplásticos, por muy pequeños que fueran, eran muy grandes para penetrar en frutas y verduras, pero ahora se ha demostrado que partículas 40 veces más grandes de lo que se creía pueden atravesar grietas de raíces y llegar a las plantas. Además los científicos plantean que al ser los plásticos flexibles, las partículas pueden aplastarse o comprimirse en las células de la raíz. Las verduras como zanahorias y nabos y las lechugas o verduras con hojas, tienen mayor riesgo de absorber microplásticos. Hay que tener en cuenta que estos microplásticos también pueden penetrar en el trigo abriéndose camino hacía el grano comestible. Por lo general se encuentra más plástico en frutas que en verduras lo que podría relacionarse con que los árboles frutales tienen raices más profundas que los vegetales.
La mala noticia es que estos plásticos tóxicos pueden estar muy extendidos en nuestra cadena alimenticia. María Westeris, fundadora de Plastic Soup Foundation señala que “si se está metiendo en las verduras, también se está metiendo en todo lo que come verduras, lo que significa que también está en nuestra carne y lácteos. Lo que tenemos que averiguar ahora es qué nos está haciendo esto. Este es un territorio desconocido. ¿Los microplásticos nos están enfermando?“.
El estudio involucro cultivo hidropónico y también en suelo arenoso con aguas residuales ambos. Sólo en el 2018 se comenzó a comprender la contaminación de microplásticos en aguas residuales que se usan en el riego común. El tratamiento de aguas residuales puede reducir la contaminación por microplásticos, pero estos no se eliminan por completo. Muchos son los países que usan aguas residuales sin tratamiento para regar cultivos ya sea por que no hay otra opción o porque la industria agrícola así lo prefiere por su valor nutritivo.
Sian Sutherland, cofundador del grupo de campaña ambiental A Plastic Planet dice que “Hace años que sabemos que los plásticos están en nuestro aire, océano y suelo. Y ahora, finalmente, tenemos la prueba de que los plásticos están en las frutas y verduras que alimentamos a nuestros hijos. Hoy pido una investigación urgente sobre lo que estas toxinas están haciendo en nuestra salud. Ahora más que nunca debemos escuchar a los científicos, no a los cabilderos del plástico ”.