Todos son enfermedades degenerativas para las cuales no existe hasta la fecha un tratamiento efectivo que las revierta, por lo tanto son crónicas. Lo que sí hay son medicamentos paliativos, además de terapias para disminuir la inflamación, el entumecimiento y el dolor.
Otro caso que tienen en común la artritis, artrosis y la osteoporosis es que afectan mayoritariamente a mujeres.
Artrosis
Esta es una de las enfermedades reumáticas más comunes y sucede cuando el cartílago, tejido que recubre el extremo de los huesos y permite que se muevan sin tocarse unos con otros, pierde resistencia y calidad; en ese momento aparece el roce, el dolor y la inflamación.
Es muy común que ocurra en la cadera, las rodillas y los tobillos, calmándose solo cuando la persona afectada está en reposo.
Aún no hay fármacos que resuelvan la enfermedad, solo logran ralentizar la progresión.
Si no queremos que nos afecte la artrosis debemos comenzar a prevenirla practicando deporte regularmente y evitando la obesidad.
Por otro lado, si ya sufres de artrosis se debe cuidar la dieta y procurar que no falte vitamina C, ni minerales como el calcio, el fósforo, el magnesio, el silicio y el azufre.
Artritis
Esta enfermedad no aparece solo en personas mayores, de hecho puede verse afectado con artritis tanto un niño como una persona con una vida activa como deportistas o quienes llevan un ritmo laboral intenso y exigente.
Hay distintos orígenes de la enfermedad:
- Inmunitario: Sucede cuando el sistema inmunitario reacciona de forma adversa contra la membrana sinovial, la capa de tejido que recubre la parte interna de la cápsula articular.
- Postraumáticos: Ocurre cuando recibimos un golpe o hemos pasado mucho tiempo repitiendo el mismo movimiento.
- La acumulación de cristales provocados por el ácido úrico puede generar la “gota”.
La artritis causa un dolor intenso y continuo, aliviándose solo al estar en reposo.
Para prevenirla hay que seguir una dieta rica en calcio, ácidos grasos, omega 3 y omega 6. Además realizar actividad física regularmente en el exterior para poder sintetizar vitamina D.
Osteoporosis
Es común pasar varios años sin percibir esta enfermedad, hasta que aparece una fractura sin razón aparente. Esto ocurre porque la osteoporosis afecta de forma crónica nuestros huesos, desgastándolos.
El tejido de los huesos se renueva constantemente, formando nuevas estructuras y desechando el tejido viejo, pero en ciertas ocasiones de la vida o etapas, como en la menopausia, el equilibrio se altera.
En ese momento el organismo deja de formar tejido nuevo fuerte y ágil y pasado el tiempo, la densidad ósea disminuye provocando mayor riesgo de fracturas. Los huesos se vuelven porosos, especialmente en las muñecas, las caderas y las vértebras.
Para tratar la enfermedad es necesario consumir suplementos dietéticos a base de calcio y vitamina D. También son adecuados los bifosfonatos (siempre bajo supervisión médica), los cuales promueven que el calcio penetre en el hueso y lo ayude a regenerarse.