Muchas veces la vida no es lo que queríamos que fuera y, por mucho que nos esforcemos, nada está garantizado y podríamos no obtener lo que deseamos. Lo único que siempre podemos tener asegurado son nuestras ganas de seguir adelante con nuestros valores intactos.
Un gran ejemplo de ello son estos dos jóvenes, que llegaron el viernes a un restaurante pidiendo trabajo, pero no había un puesto para ellos en el local.
Pronto uno de los jóvenes se acerca nuevamente y le pregunta a quien cuenta la historia, Cesar88Game, si podían regalarles algo de comida: eran las 3 de la tarde y habían estado buscando empleo desde las 7 de la mañana, recorriendo tiendas y construcciones. Aunque se morían de hambre, no tenían dinero para gastar en un centro comercial.
Sin pensarlo dos veces, el hombre pidió que les dieran algo de alimento. Pero lo más impactante vino cuando tenían la comida en sus manos: se sentaron en la barra de comidas, cerraron sus ojos y le dieron gracias a Dios.
Con lágrimas en los ojos, el hombre escuchó su oración: “Señor, gracias por estos alimentos, bendícenos y bendice las manos que los prepararon. Danos la oportunidad de poder encontrar trabajo y así mañana poder volver a comer”.
La situación hizo reflexionar a la persona sobre lo afortunado que es de tener un trabajo estable y alimentos.
Aunque estas personas tenían todo el ánimo de trabajar y ganarse honestamente el pan, hasta el momento no habían tenido suerte. Seguramente habrían tenido la oportunidad de hacer cosas malas por dinero, pero a diario ellos luchan admirablemente por no tomarlas.
Seguramente no podemos imaginarnos lo que significan esos alimentos para ellos, y ni siquiera sabremos si fue lo único que pudieron comer en todo el día.
Pero su moral inquebrantable es digna de aplauso, igual que la bondad del hombre que compartió la historia por darles algo de comer. La pandemia ha sido una pesadilla que ha dejado miles de muertos, y muchos otros también han perdido su fuente de ingresos.
Ojalá puedan encontrar un empleo y que puedan encontrar la fuerza para seguir adelante. Sin duda son un ejemplo de que nunca debemos rendirnos ante la adversidad.