La cerveza de jengibre tiene un sabor que le gusta a un amplio público, y además es extremadamente simple y económica de realizar. Además, es una bebida probiótica, tonificante del sistema y que nos ayudará a evitar las nefastas aguas saborizadas y gaseosas que nos entregan puros químicos y azúcares refinadas.
El jengibre es ideal para cualquier época del año, tiene una reconfortante fragancia que puede aplicarse en una amplia variedad de preparaciones (té chai, pastel de manzana, sopas y productos horneados). Las levaduras presentes en la raíz de forma natural también pueden utilizarse para poner en marcha una burbujeante cerveza.
Esta receta está hecha en base a la difundida por Sandor Katz en sus obras “Pura Fermentación” y “El Arte de la Fermentación”. EL primero nos enseña lo básico sobre la cerveza, y el segundo es una compilación más detallada.
La cerveza de jengibre es un refresco de estilo caribeño, y para comenzar su fermentación se usa un ginger bug como iniciador. Sandor obtuvo esta idea a partir del libro “Tradiciones Culinarias” de Sally Fallon Morell, que será publicado durante 2018.
El iniciador de fermentación es simplemente agua, azúcar y jengibre rallado, que fermentará activamente por un par de días. Este es un inóculo fácil de lograr y puede usarse como levadura en cualquier fermento de alcohol, así como también para fermentar una masa.
Esta cerveza logrará fermentar lo suficiente como para crear carbotanación (el exquisito burbujeo), pero no logra desarrollar un nivel perceptible de alcohol.
A continuación te entregamos la receta de la cerveza de jengibre, que tomará de 1 a 2 semanas de elaboración.
Ingredientes (para 4 litros):
- 8 centímetros o más de raíz de jengibre fresca
- 2 tazas / 500 mL de azúcar (en lo posible azúcar integral u orgánica refinada)
- 2 limones o limas (opcional y ojalá de cultivo ecológico)
Preparación
Mezcla 2 cucharaditas (10 ml) de jengibre rallado con piel y otras 2 cucharaditas (10 ml) de azúcar con una taza (250 ml) de agua. Mezcla bien y deja en un lugar cálido y cubierto con un paño, para evitar que puedan entrar moscas pero se permita la circulación de aire.
Vuelve a agregar dos cucharaditas de jengibre y azúcar cada día o día por medio y mezcla, hasta que el ginger bug comience a burbujear (podría suceder entre 2 días y 1 semana).
Una vez el iniciador esté activado (burbujeante) ya puede preparar la cerveza. Si esperas más de un par de días, continúa alimentando el fermento con jengibre fresco y azúcar día por medio.
Pon en una olla dos litros de agua y unos 8 centímetros de raíz de jengibre rallado, para llegar a una buena intensidad de sabor de jengibre (y hasta 15 centímetros para alcanzar un sabor más intenso). Es recomendable hacerlo con 8 para probar, y después ir aumentando la cantidad si lo prefiere (puedes guardar unas cucharadas de fermento iniciador, rellenar con agua adicional y jengibre rallado y azúcar para hacer una segunda tanda pronto).
Cuando hierva el agua, mantenga por 15 minutos. Luego, colar y completar con los 2 litros de agua para llegar a los 4 litros de solución. Ten cuidado con que el líquido no pase de la temperatura corporal (puedes usar un termómetro de cocina para medirlo), porque sino mataríamos nuestro ginger bug.
Agrega el líquido colado de nuestro fermento y el jugo cítrico. Mezcla bien y ¡ya estamos listos para envasar!
Procura hacerlo en botellas que puedan cerrarse de forma hermética: botellas plásticas recicladas con tapa rosca, botellas de tapón mecánico habituales para cerveza industrial premium, envases de jugo con tapa rosca, etcétera.
Deja que las botellas fermenten en un lugar cálido por unos 5 a 14 días, dependiendo del clima (si es un clima cálido, aconsejamos ir probando el líquido pues corremos el riesgo de que se nos avinagre). Luego, déjalas enfriar para poder consumirlas a una temperatura fresca.
Cuando sirvas, procura tener un vaso cerca pues la carbonatación puede ser fuerte, expulsando el líquido de la botella.