¿Cómo y cuánto son las porciones que crees que sirven en los mejores restaurantes del mundo? Fue justo esa la pregunta que se hizo una estudiante australiana cuando llegó a San Francisco. La chica se gastó 600 dólares en uno de lo restaurantes más caros de California y compartió sus impresiones -junto a varias fotografías- con los usuarios del sitio web Imgur.
A continuación te reproducimos el viaje gastronómico de la joven, con las fotografías que incluyó que -aunque no reemplazan la experiencia personal- pueden ayudar a inspirarte para preparar algo para la cena.
La chica, que en Imgur usa el seudónimo de Hoptail, escribió:
A veces la gente piensa que soy rica, pero en realidad, me gusta la buena comida y ahorro dinero para comerla.
La foto de arriba es del restaurante Saison, que en 2014 recibió la calificación más alta de la Guía Michelín: tres estrellas que “indican una cocina excepcional que justifica de por sí el viaje”.
La foto superior muestra la vista desde arriba, donde se pueden ver lo leños que reflejan el concepto del restaurante: la mayoría de los platillos que ofrece son preparados a fuego abierto o en el horno usando los leños.
El chef compra los productos directamente de los pescadores, cazadores y granjeros locales, evitando los alimentos importados y procesados.
La visita comienza con el té: un ramo pequeñito hecho de milenrama, manzanilla, hisopo, hoja de limón, abeto de Douglas y anís. Todo cocido con agua de limón meyer.
“Esto fue algo celestial, felizmente bebería este té toda la vida”, señaló la chica.
Lo siguiente era un platillo de espinaca bebé, algas y caviar. Las hojas de la espinaca bebé se cosechan en la etapa inicial de su crecimiento, para aprovechar su sabor suave. Las algas estaban fritas con mantequilla purificada preparada con la leche de una vaca llamada Bella, que vive en una granja del mismo restaurante. El caviar es de esturión, salado mediante una especial receta utilizando sal ahumada.
“Aunque las texturas y sabores eran diferentes entre sí, inesperadamente combinaron en un conjunto armonioso”, describió la chica.
Luego vino el sahimi de rodaballo: los pedacitos en rodajas finas de pescado crudo eran tan perfectos, que Hoptail lloró un poco. Según escribió:
Me di cuenta de que había alcanzado la cúspide del sabor y nunca más en ningún lugar volvería a probar un pescado crudo tan delicioso como éste.
También e servían lo pedacitos de pescado frito en un glaseado de oya a la plancha, con tomatitos como decoración.
El geoduck fue un platillo que no estuvo tan sabroso , según cuenta la joven. La carne era correosa, y el sabor de la salsa era muy fuerte y no le permitía saborear la carne.
Pero luego vino un platillo que le causó euforia: el erizo marino en pudín de pan, bañado en salsa de trocitos de pan. Ella no ha sido la única en maravillarse con este plato, pues en muchas reseñas de los comensales del Saison es el erizo marino quien se lleva las mejores palabras.
Después le sirvieron un rábano picado en finas rodaja, rociado con mantequilla sobre unos cubitos de rábano marinado, hojas de rábano y gelatina de rábano.
El sabor del rábano combinó excelente después del erizo marino, demostrando que la compatibilidad entre cada platillo en la carta está muy bien pensada por el chef Saison.
Posteriormente, le llevaron 3 tipos de calabazas horneadas. Todos estuvieron deliciosos, pero el de la tercera taza (puré de calabaza en aceite de semillas de calabaza) estaba un poco más salado de lo que debería.
Si crees que ya se acerca la hora del postre, te equivocas: ha llegado el momento de los platillos de carne.
El primero es carne de antílope cocida a término medio, relleno de achicoria italiana y ensalada de hiervas. Como acompañamiento, trajeron panecillo y mantequilla con miel. Según describió la chica, el filete de antílope sabía a un punto medio entre res y ternera.
Luego le sirvieron un caldo de hueso de antílope con salvia, un plato muy aromático y sabroso.
¡El postre! Comenzamos con el helado ahumado, cuya técnica de preparación es secreta, está acompañado con caramelo salado. Según la australiana. comerlo significó un antes y un después en su vida.
Además del helado ahumado, le sirvieron semillas de cacao azucaradas, nueces, maníes y piñones. Todo estuvo realmente delicioso.
Después vino algo muy suave y cremoso que traía trozos de naranjas azucaradas.
Un sorbete de arándanos con brandy y baya azucaradas. Este platillo es para ti si te gusta el brandy, pues contiene mucho de la bebida.
Otro de los platillos exclusivos por los que este restaurante es tan renombrado, es una barra de chocolate cubierta de oro, que tiene un sabor parecido a un “Snickers”. El chocolate se prepara usando el mismo caramelo salado.
Luego de la comida, que se extendió por 4 horas, le entregaron un conjunto de simpáticos recuerdos del restaurante.
Además de la exquisita comida, Hoptail describió la magnífica atmósfera del restaurante: espacioso, con aromas del ambiente abundando en el aire y un servicio discreto. La música recorría los grandes éxitos de los años setenta y ochenta.