Cuando hablamos de cáncer, siempre se toca inevitablemente el tema de la metástasis, pues es cuando las células cancerígenas se multiplican y se extienden a diferentes partes del cuerpo. El cáncer es una de las enfermedades más estudiadas y también es una de las más resistentes a las terapias que se aplican hoy en día.
No obstante, un reciente estudio publicado en Nature Biomedical Engineering reveló que si se altera la estructura cromática en las células dañadas, se podrían destruir. Resumiendo, la cromatina es el ADN presente en el núcleo celular, que se encarga de guardar o empaquetar el código genético en cada célula. En el caso de las cancerígenas, la cromatina les ayuda a evolucionar y así es como sobreviven y ocurre la metástasis.
Acabando con las células cancerígenas
Hace poco se desarrolló la técnica de microscopía de ondas parciales que permite monitorear en tiempo real la cromatina de las células vivas. De esta forma se pueden evaluar y ver el punto preciso en donde influye el cáncer.
Hasta ahora, las pruebas se han aplicado en células de cultivo y mostraron que la cromatina tiene una densidad de empaquetamiento específica que se relaciona con la expresión genética, ayudando a las células con cáncer a evadir los tratamientos.
Los investigadores ya tienen manos a la obra y plantearon que si se alteraba la estructura de la cromatina para que fuera más ordenada, podrían aumentar la vulnerabilidad al tratamiento de las células cancerígenas. Fue así que modificaron electrolitos en el núcleo de las células cancerígenas, utilizando dos medicamentos aprobados para tratar el cáncer (Celecobix y Digoxina) y los combinaron con quimioterapia. El resultado fue que casi todas las células con cáncer desaparecieron entre dos y tres días. Más allá del prometedor panorama, los investigadores señalaron que aún hay que aplicar este tratamiento en animales y humanos para poder tener conclusiones de peso al respecto.
