El colon irritable provoca cambios en el tránsito intestinal, fuertes dolores abdominales y puede alterar la diarrea con el estreñimiento. Como todo esto está relacionado con la alimentación puede controlarse mejorando el estilo de vida y la dieta.
Su nombre científico es Síndrome de intestino irritable y según el compendio de medicina interna, se denomina así a un conjunto de síntomas que se manifiestan a través de molestias intestinales y diarrea.
Puede estar relacionado con el estrés, el estilo de alimentación o el estado de ánimo, ya que esto influye en las secreciones intestinales y desencadena una diarrea. Puede afectar a personas de todas las edades, desde niños a adultos.
Colon irritable
El síndrome de colon irritable es una condición crónica que aparece y desaparece. Se caracteriza por la distensión abdominal, el estreñimiento, la diarrea y la flatulencia.
Si el dolor abdominal dura al menos 3 días seguidos y está acompañado de uno de estos síntomas, entonces se trata de colon irritable:
- Aumento de síntomas según la forma o apariencia de las heces.
- Aparición de síntomas tras los cambios en la frecuencia de las deposiciones.
- Mejora de los síntomas luego de la evacuación.
Mejorar la dieta
Moderar el consumo de fibra
Reduce la ingesta de fibra insoluble, procedente de alimentos integrales como el pan, las pastas o los cereales, así no contribuyes a desequilibrios en el tránsito intestinal.
Aumenta el consumo de fibra soluble, la cual puedes encontrar en legumbres, frutas y verduras, esto mejorará la producción de heces y la frecuencia de las deposiciones.
Evita grasas y azúcares
Los alimentos ricos en grasa, los azúcares refinados y la fructosa pueden aumentar los síntomas.
Preocúpate de las bebidas
El café y el té deben consumirse de forma moderada. El alcohol debes evitarlo y tomar al menos 2 litros de agua la día, así el cuerpo estará totalmente hidratado y combatirá la formación de heces endurecidas.
El agua y las infusiones de hierbas son ideales para aliviar el estreñimiento.
Controla el estrés
Los nervios, las preocupaciones y la ansiedad debes evitarlas. No te preocupes demás y no te lleves los problemas del trabajo a la casa, duerme bien y dedica tiempo para ti y lo que te gusta.
Alimentos aptos
Lo recomendable es ingerir comidas de menores porciones, pero con más frecuencia, en lugar de 3 comidas grandes, 6 comidas pequeñas.
Mastica cada bocado bien y come lento, de lo contrario solo aumentarán los gases y la indigestión. También es importante mantener un horario de comida definido y respetarlo.
Frutas
Procura consumir las frutas sin piel, hervidas o cocidas. Entre ellas destacan manzanas, sandías, peras, melocotón y plátanos.
Verduras
Cocínalas al vapor para que no pierdan los nutrientes y sean más fáciles de digerir. Las ideales son lechugas, espárragos, cebollas y ajos.
Legumbres y cereales
Las lentejas, la soja, los guisantes, el trigo, el centeno y la cebada son los más recomendados.
Lácteos
Si eres intolerante a la lactosa puedes consumir leches vegetales. De lo contrario, pueden consumir lácteos desnatados.