Una pareja de jubilados de Tasmania cría conejillos de indias, pero no para tenerlos como mascotas, sino que para alimentarse de ellos.
Rees y Col Campbell, tras retirarse del mundo laboral, se fueron a vivir a un campo en el noroeste de Tasmania en búsqueda de una vida más tranquila. Allí se encargan de producir sus propios cultivos y su carne, que en su mayoría es gracias a la carne de conejillo de indias.
“Ciertamente no es del agrado de todos cultivar y matar a sus propios conejillos de indias para obtener carne”.
Sin embargo, su motivación por consumirla va más allá del gusto.
“La carne de cuy es muy sostenible de producir y todos nuestros animales aquí viven una existencia tranquila y feliz con nosotros”.
Col Campbell
De hecho, los conejillos de indias no son emisores de metano, solo comen restos de jardín y no dañan el medio ambiente como otro animales, por ejemplo, las vacas.
Además, el hecho de comer conejillos de indias no es único de ellos, ya que hay varios lugares en América Latina e Indonesia en donde son grandes consumidores de este roedor.
La pareja tiene dos salidas para su criadero de conejillos de indias. La primera es venderlos como mascotas cuando son bebés y la segunda es quedarse con ellos y comérselos cuando están a medio crecer.
Campbell asegura que se comen mejor en guisos ya que es una carne increíblemente densa y además a ella le gusta condimentar los platos con tomate y hierbas de Tasmania.
La pareja se dedica a prácticas alimentarias sostenibles en todas sus versiones, no solo en la carne. Cultivan más de 120 plantas comestibles y tienen un huerto completo para abastecerse.