Existe mucha polémica en torno al consumo de harinas. Los médicos suelen estar de acuerdo en que las blancas son las más procesadas y es más sano sustituirlas por las integrales. Pero muchas personas han optado por eliminar todas las harinas de sus dietas.
Algunos nutricionistas no aconsejan eliminarlas por completo, ya que los hidratos de carbono se transforman al momento de digerirlos en glucosa, que es necesaria para alimentar órganos como el cerebro, la retina o los riñones.
Sin embargo, es cierto que otros alimentos, como las frutas, verduras y lácteos, también los aportan, como para cubrir esa necesidad de glucosa básica. La glucosa de más que se consume o produce se transforma en grasa, y ahí está el problema: el exceso de harinas es una de las causas más comunes de sobrepeso. Por eso, si necesitas bajar algunos kilos, reducirlas o eliminarlas es aconsejable.
En definitiva, lo mejor que puedes hacer en torno a este tema es informarte para tener una opinión y decidir si las harinas son o no necesarias para tí, en este momento de tu vida, porque cada organismo es diferente.
En el caso de que decidas dejarlas, puede que entonces te encuentres con un problema, porque suelen volverse adictivas: esto se debe a que los hidratos de carbono, presentes en los alimentos a base de harina, se convierten en glucosa al ser procesados por el organismo. Al mismo tiempo, la glucosa estimula la insulina, que cuando llega al sistema nervioso central, da ganas de comer.
Por eso, si uno le da al cuerpo hidratos de carbono, luego tiene ganas de seguir consumiéndolos. Estos tres consejos te ayudarán a dejarlas.
1. Encuentra alimentos crujientes y saludables
En muchas ocasiones cuando consumimos harinas en formas de snack o junto con las comidas, el clásico pancito o galleta para acompañar, lo hacemos más por el hábito de masticar algo crujiente, que por porque tengamos hambre.
Si eres de esas personas que puede comser un paquete entero de galletas mientras ve una película o incluso mientras está trabajando, debes encontrar algo crujiente pero saludable con lo que reemplazarlo.
Las bastoncitos de vegetales, como la zanahoria, el apio o el ají crudo, pueden ser ideales. Acostúmbrate de tener siempre un plato con tu vegetal favorito mientras estás en la computadora, viendo televisión o en cualquier actividad durante la cual suelas comer alimentos a base de harina.
2. Respeta las comidas
Para evitar llegar al punto en el que sientes que necesitas harinas sí o sí para saciarte, debes mantener un ritmo de comidas balanceado, tomando colaciones cada dos o tres horas como máximo. Lo ideal es que estos snacks entre comidas sean frutas o vegetales cortados. Nunca debes pasar cinco horas sin comer, porque eso siempre terminará con una gran tentación por alimentos poco saludables.
3. Descansa y reduce la ansiedad
La ansiedad es un gran enemigo para quienes buscan reducir o eliminar el consumo de harinas, y para todos los que desean bajar de peso, porque simplemente da ganas de comer.
Las harinas suelen ser la primera opción cuando tenemos ansiedad, porque solemos tener a mano galletas y otros alimentos compuestos de harina procesada que podemos comer en grandes cantidades casi sin darnos cuenta. Además, como vimos, tienen un gran poder adictivo. Por eso, cuando dices “me como solo uno”, sabes que terminará siendo mentira.