Todo comienza como una idea, quizás en un laboratorio o en un estudio y luego se convierte en algo muy especial y brillante. Éstas fueron pruebas de laboratorio que condujeron a un premio nobel. Sí, así como lo lees.
La autofagia parece ser un prominente procedimiento para rejuvenecer nuestro organismo, pero es algo que está sucediendo en él sin que tú lo sepas. Es un proceso que ha tenido poca investigación, pero sus beneficios parecen ser muchos si se realiza con los procedimientos adecuados.
¿Qué es la autofagia?
La autofagia es un proceso de reciclado de partes de la célula, que ocurre espontáneamente en nuestro cuerpo. Este proceso ocurre naturalmente evitando que las células acumulen toxinas, moléculas y organelas dañadas y además permite los procesos de desarrollo y diferenciación de los tejidos.
En la autofagia, el procesamiento de los sustratos a reciclar genera ATP (trifosfato de adenosina), lo que constituye una fuente alternativa de energía en situaciones de estrés. El término “autofagia” fue acuñado por el bioquímico belga Christian de Duve en el año 1963.
La investigación moderna sobre este proceso comenzó en la década de 1990 con la identificación en levaduras de los genes relacionados con este proceso. Dentro de los investigadores, se encontraba Yoshinori Ohsumi, quien recibió el Nobel de Medicina en 2016 por sus trabajos relacionados a este proceso.
Los beneficios del proceso
De acuerdo a la investigación del 2017 de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, existen dos tipos de autofagia: la macroautofagia en la cual se degradan organelas dañadas o disfuncionales, y la microautofagia en la cual se degradan moléculas dañadas, truncas o mal procesadas que no adquieren la conformación adecuada.
La macroautofagia es muy importante en la eliminación de mitocondrias (mitofagia) disfuncionales y el mantenimiento del número adecuado de las mismas según el tipo de tejido y su función. La mitofagia es un proceso importante en el desarrollo de tumores y enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer, donde se acumulan mitocondrias disfuncionales por fallas en dicho proceso.
La microautofagia tiene un relevante rol en la detoxificación de los tejidos y su alteración permite la acumulación de proteínas mal plegadas y toxinas que contribuyen al desarrollo de varias enfermedades que involucran la muerte celular. Este es el caso del epitelio pulmonar de pacientes con fibrosis quística, donde los acúmulos de moléculas no degradadas por la disfunción de la autofagia forman agregosomas. Es decir, la autofagia es un proceso del cuerpo muy necesario y beneficioso.
Cómo crear la autofagia y rejuvenecer las células
En un cuerpo sano, la autofagia se produce de forma espontánea. Pero hay algunos factores, específicamente tres, que pueden tenerse en cuenta para favorecer este proceso de limpieza del organismo:
Ayuno intermitente
La lógica dice que si tienes células averiadas, al cortar el suministro de energía serán las primeras en “suicidarse“, y en efecto ocurre así. Se ha podido comprobar que el ayuno intermitente mejora desde la obesidad hasta la artritis y protege contra el cáncer, todo gracias a que el ayuno aumenta la apoptosis de las células defectuosas. No hace falta matarse de hambre: ayunos cortos, de no más de 24 horas, ya tienen estos efectos.
Deporte
Si no quieres ayunar, una forma muy efectiva de tirar por el desagüe esas células defectuosas es crear un pico de estrés del bueno, es decir, ejercicio corto e intenso.Los estudios han comprobado que al hacer correr a ratones de laboratorio aumentaba el ritmo de autofagia y mejoraba la capacidad de procesar la glucosa.
Controlar los carbohidratos
Cuando se reducen los carbohidratos en la dieta, sobre todo azúcares y almidón, el cuerpo se ve obligado a utilizar la grasa como combustible, tanto la que se ingiere a través de la dieta como la que haya almacenada en el tejido adiposo. De esta forma, se libera de células que podrían convertirse en inútiles a futuro.
La autofagia se ha relacionado con proliferación, diferenciación, respuesta inmune contra patógenos, cáncer, apoptosis y recientemente se ha propuesto como una herramienta que permite a la célula obtener energía, ácidos grasos y aminoácidos permitiendo su supervivencia en condiciones adversas. Por otra parte, un mecanismo de autofagia deficiente es también la causa de distintas enfermedades neurodegenerativas. Ahora ya sabes que debes adoptar los distintos hábitos que hemos enumerado para dejar que tus cuerpo se deshaga de las células que ya no le sirven.