Un trato muy descortés recibió una mujer embarazada a manos del personal de un restaurante. Charisha Gobin paró en un restaurante local para saciar su hambre de embarazada, pero el personal se rehusó a servirle pues no cumplía las políticas de vestimenta del local.
El personal le aseguró a Charisha que no podía atenderla pues llevaba puesta una blusa que dejaba expuesta su barriga, pues su atuendo no era apropiado para el negocio.
La madre, entonces con 8 meses embarazada de gemelos, señaló que todo el asunto se disparó por algo mucho más que la ropa que usaba. Ella asegura que fue discriminada por estar embarazada, pues de no haber estado en gestación, ellos no hubieran tenido problemas con su atuendo.
Un empleado del restaurante explicó a los medios locales que la blusa de Charisha era “demasiado reveladora” para las políticas del establecimiento, y que su embarazo no tuvo nada que ver con la decisión de no dejarla comer ahí.
“Esto es ridículo, fui avergonzada y después tuve que manejar hambrienta hacia el otro lado de la ciudad”, insiste Charisha.
En definitiva, la mujer reveló que nunca volvería a ese restaurante.
Aunque Charisha estaba mostrando la panza en el restaurante, andar cómoda durante el embarazo poco tiene de incorrecto o inmoral.