Hace pocos días, los 28 países miembros de la UE tomaron la decisión de prohibir totalmente el uso al aire libre de tres insecticidas neonicotinoides muy usados en los cultivos de maíz, colza, algodón y girasol. Los científicos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ya dictaminaron que los tres pesticidas (imidacloprid y clotianidina, fabricados por Bayer, y tiametoxam, de Syngenta) “en general” representan “un riesgo para las abejas silvestres y las abejas melíferas”.
Los neonicotinoides son insecticidas sistémicos, que son absorbidos por las plantas y están presentes en su polen y su néctar. Muchos estudios científicos han vinculado estos pesticidas con una disminución de las abejas, junto a otros factores, como la destrucción de su hábitat, el cambio climático, el ácaro Varroa que chupa sus líquidos internos y el parásito Nosema apis que ataca su sistema digestivo.
Los tres pesticidas, dos de Bayer y uno de Syngenta, se relacionan con la disminución de los polinizadores. El imidacloprid, fabricado por Bayer, es uno de los insecticidas más usados en el mundo.
Sólo el años 2010 se fabricaron unas 20.000 toneladas de sustancia activa. En España, los insecticidas y acaricidas representan solo un 9,9% del total de pesticidas utilizados. La mayor parte son fungicidas, contra hongos nocivos, y herbicidas, contra las malezas.
Desde el año 2013 existía una restricción para el uso de los tres insecticidas en la UE en aplicación del principio de precaución. Hace un año, el experimento en el campo más ambicioso hasta la fecha mostró efectos negativos en las abejas. La investigación, financiada por los propios fabricantes de los pesticidas, investigó el impacto en la abeja de la miel, el abejorro común y la abeja solitaria en 2.000 hectáreas de cultivos de colza de Hungría, Reino Unido y Alemania. En Hungría, el número de colonias de abejas descendió un 24% durante el invierno. En Reino Unido, entre un 67% y un 79%, aunque en zonas sin neonicotinoides también cayó un 58%. En Alemania, sin embargo, no se detectaron efectos negativos.
Es por eso que 5 años después de la prohibición parcial de estas sustancias, la UE restringirá el uso de tres neonicotinoides en espacios abiertos en los que operan las abejas, aunque sí permitirá su aplicación en invernaderos donde las abejas no queden expuestas. Estas sustancias son ampliamente usadas en la agricultura intensiva y su principal función es proteger los cultivos de las plagas aunque según diversos estudios científicos, son también responsables de alterar las poblaciones de abejas.
El ingeniero agrónomo Carlos Palomar, director general de la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA), cree que la decisión europea es “lamentable” y que no existen “alternativas viables” a los tres neonicotinoides. En todo el mundo, existen 9.000 especies de insectos y ácaros que atacan los cultivos, con graves impactos en las cosechas. “Quizá no ahora, pero al tiempo se verá el impacto de eliminar herramientas tan valiosas”, opina. La organización ecologista Greenpeace, en cambio, ha calificado la decisión de “muy buenas noticias para el medio ambiente”.
“La CE propuso estas medidas hace meses en base al asesoramiento científico de la EFSA. La salud de las abejas sigue siendo de vital importancia para mí ya que forman parte de la biodiversidad, de la producción de alimentos y el medio ambiente”, dijo el comisario europeo de Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis. La votación también fue alabada por organizaciones como Greenpeace, Avaaz o SumOfUs, que han ejercido una fuerte presión para prohibir el uso de estos pesticidas así como del grupo Verde del Parlamento Europeo. “Es una gran noticia que nuestros gobiernos se hayan puesto de acuerdo para prohibir estos pesticidas. De no haberlo hecho hubiéramos puesto en riesgo nuestras abejas y su actividad polinizadora”, dijo la coordinadora de campañas de Avaaz, Antonia Staats, quien subrayó que países como Francia o Alemania apoyan desde hace tiempo la restricción de su uso. La regulación será aplicada durante las próximas semanas y será un hecho a finales de año, de acuerdo a voceros de la UE.