El agua es uno de los elementos más importantes para nuestra salud y el buen funcionamiento de nuestro organismo. Casi el 80% de nuestro cerebro se compone de agua, también forma parte de nuestros músculos e incluso de nuestros huesos, por lo que es indispensable para que nuestros órganos realicen sus funciones correctamente.
Tomar un vaso de agua justo después de despertar, antes del desayuno, es un gran estimulante para el organismo, ya que contribuye a la eliminación de toxinas y a la pérdida de peso.
Si tomas agua en ayunas permites que los órganos internos comiencen a trabajar, limpia los riñones, eliminas las grasas y desechas los líquidos retenidos.
Además limpia el colon, permitiendo que este órgano absorba los nutrientes que recibirá durante el día a través de los alimentos. Elimina las toxinas de la sangre, reforzando el sistema inmunológico.
Agua fría o caliente
Cuando el agua está fría te da una sensación de saciedad y te hidrata. Por otro lado cuando el agua está caliente o tibia esto mejora la digestión, evita el estreñimiento, ayuda a perder peso, evita el envejecimiento prematuro y alivia los dolores menstruales.
Cualquiera de las dos formas contribuye a tu organismo, pero lo importante es que no solo tomes agua en ayunas, sino que durante todo el día. Esto te ayudará a mantenerte hidratado, evitando problemas circulatorios, acumulación de toxinas, deshidratación o cambios de humor.
Se recomienda tomar 2 litros de agua durante el día, además de 4 vasos de agua en ayunas. Pero para aprovechar todos los beneficios del agua se debe ingerir de manera tranquila y de a poco, no todo de una vez, porque esto podría perjudicar tu salud.