La miel es sana y nutritiva y es por esto que vimos a nuestros abuelos o padres untar el chupete de algún bebé en la miel para tranquilizarlos. Hoy la ciencia dice que esto es peligroso ya que los menores de 12 meses no deben consumir este producto.
Miel y botulismo: ¿Por qué los bebés no pueden comer miel?
Consumimos miel hace miles de años por sus múltiples beneficios. Desde la antigüedad egipcia se ha usado miel en las preparaciones.
Sin embargo, la miel posee un bacteria conocida como clostridium botulinum, peligrosa para los bebés.
Debido a que la flora de los bebés aún no está lista completamente, las esporas de esta bacteria pueden proliferar en su tracto intestinal y liberar toxinas botulínicas, conocidas por ser mortales.
El botulismo infantil afecta a menores de 12 meses y puede causar la muerte. También afecta a niños de más de un año, aunque sus defensas naturales ya se han desarrollado e impiden la proliferación de esta bacteria.
Botulismo infantil
El clostridium botilum está presente en la tierra y puede encontrarse en muchos alimentos de origen vegetal y animal.
La bacteria se organiza en esporas y puede permanecer latente hasta encontrar las condiciones para multiplicarse y crecer. Se encuentra principalmente en conservas caseras pues prefiere ambientes con muy poco oxígeno y no tolera los medios ácidos.
No puede crecer en soluciones con altos niveles de azúcares, por eso en la miel suele permanecer en estado latente esperando encontrar las condiciones ideales para desarrollarse.
Cuando un menor de 12 meses consume miel, el azúcar del néctar se disuelve en sus jugos gástricos, un ambiente poco ácido y con poca presencia de oxígeno donde comienza a proliferar y crecer liberando las toxinas botulínicas que llegan a las terminaciones neuromusculares, que pueden desembocar en botulismo infantil, lo que requiere que el bebé sea hospitalizado inmediatamente.
Síntomas, diagnóstico y tratamiento
El botulismo infantil afecta al sistema nervioso y puede presentar varios síntomas que aparecen dentro de las 12 a 48 horas luego de haber tomado contacto con la bacteria:
- Respiración lenta o dificultad para respirar
- Estreñimiento
- Debilidad general
- Llanto débil
- Letargo
- Reflejo de arqueada reducido
- Visión doble o borrosa
- Boca seca
- Párpados flácidos
- Flacidez general
- Alimentación lenta
- En casos extremos: parálisis del tronco, brazos y piernas o parálisis del sistema respiratorio
Diagnóstico y tratamiento
El pediatra considerará según lo que digan los padres, si el niño tiene botulismo. Para ello será necesario analizar las heces y comprobar la presencia de toxinas botulínicas.
El botulismo infantil requiere que el niño sea hospitalizado inmediatamente ya que afecta al sistema nervioso y puede generar insuficiencia respiratoria, por lo que el pequeño requerirá de observación constante.
Un tratamiento exitoso dependerá del diagnóstico precoz y la aplicación de la antitoxina botulínica. En casos de gravedad el bebé puede necesitar respiración asistida o alimentación intravenosa.
El botulismo suele curarse en semanas o meses, pero en algunos casos puede provocar la muerte por insuficiencia respiratoria.
La miel puede provocar botulismo infantil, pero ¿hay algo más que también lo haga?
La bacteria de esta infección está presente en la naturaleza y puede encontrar en la tierra y el polvo y ser transportada a través del aire. Los infantes pueden ingerirla por inhalación, por eso no hay que exponer a los niños a demasiado polvo.
Es necesario estar atentos a este vacilo y así evitar contagios y epidemias. La Organización de la Salud promueve la seguridad, vigilancia, detección, evaluación de riesgos y contención de esta enfermedad.
Los brotes de botulismo son infrecuentes pero si lo hay debe determinarse si es natural, accidental o deliberado para evitar nuevos casos.
Recomendaciones
No hay una vacuna contra el botulismo, por eso hay que prevenir de la siguiente manera:
- No dar miel a niños menores de 12 meses.
- El jarabe de maíz puede contener la bacteria, así que tampoco debe ser consumido por estos bebés.
- Evitar exponer a los infantes a polvo o tierra que puedan presentar esta bacteria.
- Hervir a alta temperatura las conservas caseras.
- Mantener una buena higiene.
Los bebés no deben comer miel debido a:
Que aumenta el riesgo de botulismo debido a que su sistema inmune no está completamente desarrollado y no puede combatir a la bacteria que causa la enfermedad.
No sólo la miel es responsable de esta enfermedad, por esos e debe mantener la higiene y tener en cuenta lo que recomiendan los expertos para prevenir que nuestro bebé la adquiera.
