Si odias limpiar la casa porque básicamente es sólo para que vuelva a ensuciarse en uno o dos días, no eres el único. El deber de hacer limpieza constante puede resultar agotador, pero una nueva investigación entrega varias razones para hacerlo, además de las obvias como el orden del hogar y la higiene.
Un estudio realizado por la Universidad de Duke (Carolina del Norte) señaló que el polvo acumulado en nuestra casa podría estar engordándonos lentamente. Además del sedentarismo y las dietas pobres en nutrientes, el polvo también influiría en nuestro peso.
La investigación determinó que el polvo contiene unos compuestos químicos llamados disruptores químicos endocrinos (EDCs por sus siglas en inglés) que pueden tener un impredecible efecto en nuestro cuerpo.
Estos interfieren en la producción hormonal y favorecen la acumulación de grasa en las células, lo que nos hace engordar. Y como ninguna casa está a salvo del polvo, nunca estará demás asear activamente la casa. Y esto corre especialmente si tenemos niños, pues los EDCs los perjudican con mayor intensidad.
No obstante, este estudio contradice los resultados de un estudio realizado por la investigadora Cecilie Svanes de la Universidad de Noruega, que concluyó que limpiar sería más nocivo para la salud que el tabaquismo.