Si sientes que estás atryendo malas vibras con algún objeto o quizás simplemente tu mismo o alguien más que viva en tu hogar, entonces lo que debes hacer es una limpieza energética para volver a generar un espacio de armonía y mejorar las relaciones en la casa.
La técnica no es muy complicada, tu mismo la puedes realizar, ya que solo se utiliza humo como principal elemento y además es muy efectivo.
1. Limpieza física
Lo primero que debes hacer es limpiar y asear tu hogar. Cuando está sucia y muy encerrada la energía se vuelve pesada y estática. Abre las ventanas, limpia y quita todo el polvo que encuentres.
Si sientes que la energía es muy pesada entonces puedes purificar el ambiente mezclando 300 gr. de sal con agua y trapear el piso con él. Luego lo lavas como de costumbre.
2. Prepara los materiales y el momento
El incienso es uno de los materiales más utilizados y recomendados para la limpieza energética con humo. Debes hacerlo de día y lo importante es que te sientas bien tanto física como mentalmente, procura estar solo o con alguien que esté en tu misma sintonía.
Viste ropa clara y no uses objetos de metal. Evita que haya niños en la casa, tampoco aceptes visitas inesperadas y desconéctate totalmente, apaga tu celular y elimina la música de fondo. Ten en tu mente las palabras que tienen que ver con tu propósito.
La casa debe tener las ventanas cerradas, pero con las cortinas abiertas para que entre luz.
3. La limpieza
La primera habitación que debes limpiar es aquella que queda más alejada de la entrada de la casa. Dirígete a la pared en donde está la ventana y desde ese punto, muévete en el sentido de la agujas del reloj rodeando la habitación.
Mueve el humo hacia arriba y hacia abajo, como si estuvieras “pintando” las paredes. Cuando llegues a las esquinas, pasa el humo varias veces, porque es donde hay más acumulación de energías negativas. Repite este proceso en todas las habitaciones, desde la más alejada a la entrada hasta la puerta principal. Si algún lugar no tiene ventana, debes comenzar el ritual desde la puerta.
Cuando termines el proceso, sal de tu casa, da un pequeño paseo y vuelve para abrir las ventanas y ducharte con agua no muy caliente.
Para terminar debes usar el sonido para sellar el trabajo. Haz sonar cuencos tibetanos en cada una de las habitaciones, su es que sabes utilizarlos, o simplemente pon música relajante o clásica que se pueda escuchar en toda la casa.