El trabajo de oficina desgasta y dificulta la tarea de sobrellevar el día a día con agrado. El estrés nos convierte en personas irritables y eso, a a larga, nos juega en contra.
Nuestros compañeros de trabajo pueden contagiarnos de energía positiva o simplemente cargarnos de mala onda y problemas. A los últimos podemos definirlos como los compañeros tóxicos, pero ellos no son los únicos que perjudican tu desempeño, ya que muchas veces esos “grandes amigos” te hacen perder más tiempo del que crees.
Los trabajadores pierden mucho tiempo conversando con sus compañeros de trabajo, lo que produce una sobrecarga de labores, llegando en última instancia el estrés, según indica Business Insider.
Según la psicóloga Ulrika Leons, conversar en exceso hace que perdamos la concentración. De hecho, tardamos hasta 25 minutos en recuperar el orden de las ideas y por lo mismo terminamos después de lo planificado.
Es importante planificar mejor los tiempos y no solo por la productividad laboral, sino que por nuestro bienestar psicológico.
Lo que debemos evaluar es si estamos frente a una sobrecarga de trabajo o realmente, una sobrecarga de distracciones. Además de compararnos con aquellas personas que sí son capaces de realizar las tareas en el tiempo establecido.
El mejor consejo es escoger bien con quien te rodeas, para que siempre te aporten y no te incomoden.