Los super alimentos son aquellos que tienen altas concentraciones de antioxidantes, minerales y grasas saludables que los convierten en una mina de oro nutricional. Uno de estos super alimentos es la moringa, que está ganando cada vez más y más atención por sus propiedades medicinales.
El árbol de moringa es propio del Himalaya, en India, pero puede crecer en la mayoría de las regiones tropicales y subtropicales. Las hojas son particularmente muy nutritivas, una vez cosechadas y secadas, contienen 30% de proteínas, todos los aminoácidos esenciales y abundantes niveles de vitaminas y minerales. Tiene hojas que se puedes usar como fertilizantes y sus semillas pueden ayudar a purificar el agua. Además es capaz de soportar las sequías y crece rápidamente.
Una de las cualidades más impresionantes es que todas las partes del árbol son comestibles, las hojas y las frutas jóvenes (vainas) como alimento; las semillas, la corteza, las flores y las raíces como medicina. Pero además de su valor como alimento, la moringa se muestra como una prometedora medicina en el tratamiento de la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
El secreto está en su capacidad para desinflamar el cuerpo, posee unos químicos únicos conocidos como fitoquímicos, que incluyen antioxidantes y otros componentes protectores. Estos compuestos son el mecanismo de defensa de la moringa, pero en nuestro cuerpo actúan como agentes antiinflamatorios.
Cuando padecemos de cáncer, diabetes u obesidad, nuestro sistema inmunológico está trabajando constantemente muy por encima de sus capacidades y esto causa inflamación. Esto puede provocar un procesamiento adecuado de las azúcares y toxinas a las que estamos expuestos. Los fitoquímicos de la moringa pueden ayudar a reducirla.
Varios estudios han demostrado su capacidad para reducir la inflamación crónica, los niveles de azúcar en la sangre, el colesterol, la obesidad y trastornos intestinales. Afortunadamente sus propiedades se han vuelto cada vez más populares y la moringa es cultivada con mayor frecuencia en India y Filipinas, pero su cultivo está aumentando también en Asia, África, America Central y el Caribe.
Para incorporarla a la dieta se puede tomar una cucharadita diaria, generalmente en el desayuno. Para quienes sufren tentaciones a media tarde, pueden tomar la moringa como comida y los que quieren mejorar su digestión o sueño, la toman durante la noche.
Para saber en qué horario te funciona mejor a ti, puedes seguir la regla de los 3 días; tomarla tres días seguidos en cada uno y evaluar cuál te dio mejores resultados.
Puedes espolvorear una cucharadita de moringa sobre una ensalada o cereales, también mezclarla en jugos, licuados o batidos.