Dos semanas antes de la cuarentena, Carla Dueñas compró la motocicleta para repartir pan y alimentar a sus hijos, pero a la policía poco le importó dejarla sin su herramienta de trabajo.
La pandemia nos ha golpeado a todos, pero mucho más aquellos que tienen menos recursos o a quienes han quedado sin trabajo por estos días.
Crala Deñas es la única trabajadora en su familia y a pesar de la cuarentena decidió salir a trabajar en Buenos Aires, Argentina.
Dos semanas antes de que comenzara la cuarentena, ella compró una moto para repartir pan casero. Ese instrumento de trabajo le permitía llevar el sustento diario a su hogar.
Unos inspectores de tránsito le quitaron su motocicleta cuando la sorprendieron repartiendo pan mientras la circulación normal por las calles taba prohibida.
“Es mi trabajo, la necesito para repartir pan, por favor» dijo la mujer, según el portal Primera Plana. «Y este es mi trabajo» le respondió el inspector que la detuvo.
Carla tiene 5 hijos a quienes mantener. «Ni cuenta me di de que me sacaron la foto. Fue un momento de impotencia, de bronca, de decir ‘¿Y ahora cómo hago para recuperar la moto?’» dijo Carla a un medio radial.
«Yo vendo productos de panadería en los hogares. También hago mandados a personas que no pueden salir de la casa por la situación que estamos viviendo. Durante la cuarentena me descargué la aplicación para poder circular, que era lo que me estaban pidiendo todo este tiempo», dijo a El Perfil.
En el momento en que le quitaron su moto, Carla no sabía que hacer ya que sólo pensaba en que no tendría ni para comer. La impotencia era grande, pues esos que deben protegernos, al final le estaban dificultando la vida.
Incluso la mujer le mostró a los inspectores su permiso de circulación “y ellos me piden los demás papeles» refiriéndose a los de la motocicleta. «La compré y la puse en funcionamiento de a poco. A mi me la entregaron dos semanas antes de la cuarentena y la arreglaba para salir a vender o hacia la transferencia, es la verdad» comentó Carla.
Al no tener los papeles del vehículo, los inspectores se llevaron su moto. «Yo les supliqué que por favor no lo hicieran, pero obviamente ellos estaban cumpliendo su trabajo» dijo la mujer.
Al final ella terminó sin su moto, llorando en plena calle.
Carla no sabía que había sido fotografiada mientras lloraba en la acera y que al final esa fotografía la ayudaría con su problema.
«Hoy en Pergamino inspectores de tránsito le secuestraron la moto a una mujer que vendía pan casero para darle de comer a sus hijxs. ¿Vieron a la policía secuestrarle los autos de algún empresario q rompe la cuarentena? Porque yo no. La mujer se quedó llorando en la vereda» fue la publicación que un usuario subió a Twitter y que de inmediato se hizo viral.
Muchas personas se organizaron para ayudar a Carla.
«Apenas el episodio comenzó a viralizarse en las redes, la solidaridad empezó a surgir de todos lados. O mejor dicho, de abajo, de tantos laburantes como Carla, que se ofrecieron a pagar la multa, comprarle pan, conseguirle una moto y ayudarla de todos los modos posibles», publicó la Revista Sudestada.
Carla también contó que el intendente Javier Martínez la ayudaría.
«Me va a dar la moto y me va ayudar a hacer la transferencia”, dijo, y concluyó «Yo no necesito nada más que trabajar. Estoy eternamente agradecida con todos, lo único que quiero es trabajar»