El gorrión es un ave pequeña que se puede ser normalmente en las ciudades, sin embargo, desde hace algunos años ha comenzado a desaparecer completamente en algunas ciudades del mundo como Londres, Bruselas, Amberes y Hamburgo.
En España, su población a disminuido un 21%, lo que supone la desaparición de cerca de 30 millones de aves, según el balance realizado por la Sociedad Española de Ornitología (SEO).
“Este declive es alarmante, pues de no estabilizarse la tendencia poblacional regresiva podríamos encontrarnos muy pronto con campos y ciudades sin apenas gorriones”
SEO
Todas las aves comenzaron a verse afectadas entre los siglos XVIII y XX, cuando comenzaron a aparecer los automóviles y se industrializó la agricultura con el uso excesivo de pesticidas. Junto con ello, el desarrollo de las ciudades, la demolición de viejos edificios y la modernización actual, no deja lugar para que los gorriones, quienes ya dejaron completamente la naturaleza y se asentaron en la ciudad, puedan anidar.
La escasez de insectos debido al uso de productos fitosanitarios, la pavimentación de los parques y jardines o la presencia de plantas exóticas, son otras de las de la reducción de su población. Sin el alimento necesario para nutrirse, solo les queda comer lo que encuentran, que no siempre es lo que realmente necesitan para sobrevivir.
La contaminación atmosférica, acústica y lumínica también juegan un papel fundamental en la calidad de vida de los gorriones, ya que les produce estrés y desencadena trastornos hormonales que aceleran su envejecimiento.
“La contaminación atmosférica no sólo amenaza al gorrión común, se estima que en la Unión Europea se cobra cada año la vida de 400.000 personas”
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Según un grupo de investigadores suecos y holandeses, la contaminación reduce la esperanza de vida de estas aves debido a la alteración de su sistema inmunológico.
