Transformó un desierto al norte de China en un bosque frondoso y cumplió lo que su hijo tanto quería.
Yi Jiefang quedó devastada cuando su hijo Yang Ruizhe murió cuando asistía a ala Universidad En Japón debido a un accidente de tránsito el año 2000.
Pero en vez de sumirse en la tristeza, la madre del joven quiso cumplir su último deseo.
Yang soñaba con volver a su ciudad de origen y “plantar un bosque” por lo que su madre decidió hacerlo en su honor y hasta ahora ha plantado 2 millones de árboles y no se detendrá ahí.
“Me dijo: ‘Después de graduarme de la universidad, quiero volver a casa y plantar árboles, todo un bosque’“,dijo Jiefang en una entrevista con Global Times.
En los últimos años la mujer se ha trasladado a la Región Autónoma de Mongolia Interior al norte de China para plantar el bosque que su hijo soñaba.
La mujer vendió las casas de la familia en Shangai y junto al padre del joven cuyo nombre es Yang Antai, han recaudado fondos para Green Life. organización sin fines de lucro que trabaja en plantar árboles en Mongolia Interior.
“No podemos llevarnos un centavo cuando dejamos este mundo. Pero si usamos [el] dinero para plantar árboles, se queda en el mundo para siempre”, expresó la madre.
También esta familia comparte la plantación de árboles con otras familias que han sufrido pérdidas similares para aplacar el dolor. Según informes se “busca plantar semillas de esperanza para aquellos que han experimentado el dolor de perder a un hijo”.
“Hablé y lloré con muchas familias durante la noche. Después, los llevé conmigo a plantar árboles … Es una forma de ayudar a esas familias a superar su dolor y cambiar sus sentimientos de negativos a positivos”.
Tras ecologizar la Región Autónoma de Mongolia Interior, esta mujer planea ecologizar 8,7 kilómetros cuadrados del desierto de Alxa.
El mundo ha perdido 121 millones de hectáreas forestales según el Banco Mundial entre 1990 y el 2016.
Seguro que su hijo está orgulloso y feliz de lo que ha hecho su madre.