La industria del papel higiénico representa una de las mayores amenazas para la supervivencia de los bosques al rededor del mundo, situación que informó el Consejo de Defensa de Recursos Naturales de Estados Unidos en un informe sobre el impacto de esta industria.
Las principales marcas de papel higiénico y toallas de papel prefieren utilizar la madera proveniente de los antiguos bosques boreales de Canadá. Esto provoca una enorme tala de árboles, perjudicando así el proceso natural de filtración de los gases del efecto invernadero y afectando directamente a los animales que residen en estos bosques.
Debido a esta situación, surgió la novedosa idea fabricar papel higiénico de cáñamo, siendo un solución reciclable, biodegradable y principalmente más sostenible. Además tendría menor impacto en el medio ambiente, ya que el cáñamo produce cuatro veces más fibras por hectárea en comparación con los árboles.
El cáñamo solo necesita 4 o 5 meses para su crecimiento, mientras que los árboles tardan entre 8 y 100 años. Por otro lado, para la fabricación de papel se requiere la celulosa de la planta, un componente que los árboles poseen en un 30%, por lo que se requieren químicos para descomponer la madera y extraer toda la celulosa. El cáñamo, por su parte, contiene gasta un 85% de celulosa, una concentración casi tres veces mayor que la que se puede encontrar en un árbol.
Importantes diferencias en el aprovechamiento de los recursos convierten al cáñamo en la opción ideal para la fabricación de papel higiénico. No necesita tantos procesos químicos y podría llegar a ser un papel más duradero, suave y más absorbente en comparación con otros tipos de papeles.