Aunque la tradición dice que los cumpleaños se celebran con un pastel, apagando las velitas y cortándolo para todos en la fiesta, algunos se niegan a seguir esa costumbre. Y lo más sorprendente es que una de ellas sea el Papa Francisco, quien es la encarnación viva del hábito y tradición religiosa católica.
Bergoglio puede haber renunciado al pastel, pero no a las velas.
Para recibir sus 81 años, el pontífice cambió el soporte y apagó sus velitas encima de una caliente y deliciosa pizza junto a casi una decena de niños.
Los niños, que se estaban hospedando en el Vaticano para recibir ayuda médica, fueron quienes ayudaron al Papa argentino a devorar el alimento, una pizza enorme que se extendía sobre la mesa hasta por 13 pies. Una cantidad absurda de carbohidratos.
Pero claro, Francisco sólo comió un bocado y dejó el resto para los niños, quienes estaban ansiosos de disfrutar de la pizza.
En Italia, donde la pizza es uno de los manjares más habituales, no es extraño festejar con una. De hecho, suelen hacerse de forma alargada y rectangular. Quizás haciéndole un gesto al lugar en que habita, Francisco optó por este típico platillo italiano.
Según se ha comentado por fuentes del Vaticano, el Papa no debe exceder su consumo de carbohidratos para mantenerse en su peso y conservar su salud mientras está en el cargo vitalicio. Por eso, apenas pellizcó la pizza de su cumpleaños.
Además de haber tenido una pizza como regalo, el Papa recibió un simpático presente: un pastel que, más que una simple torta, era una verdadera obra de arte.
Maurizio Pallotta es un artista callejero, e hizo un dibujo de Francisco sobre la torta, donde el Papa aparece cargando un globo terráqueo remendado y una maleta que dice “valores”.
El artista admira mucho al Papa y lo ha dibujado en más de una ocasión, pero esta vez quiso hacer referencia al trabajo que ha realizado por las divisiones que hay en el mundo.