A partir del 1 de enero, siete países de El Caribe han prohibido productos altamente contaminantes como el plástico y el poliestireno de un solo uso, que se demoran entre 400 y 500 años en degradarse.
Belice, Trinidad y Tobago, Bahamas, Barbados, Costa Rica, Granada y Jamaica prohibieron importar cajas de plástico y poliestireno de un solo uso, así como materiales derivados del refinamiento del petróleo desde el primer día del nuevo año. Estos materiales se han vuelto una amenaza gigantesca para lugares como estos, que son destinos turísticos masivos.
El Caribe se extiende desde la península de Florida hasta la desembocadura del río Orinoco, incluyendo el Golfo de México y la costa atlántica de América Central. Es una zona de increíble belleza y diversidad, así como rica en recursos naturales. Esta región se ha visto especialmente afectada por el cambio climático debido al aumento del nivel del mar y la intensidad de los huracanes.
Además, existe una contaminación que crece exponencialmente debido a los seres humanos, en la que el papel estrella es el del plástico. En Jamaica, este material representa ya el 50% de la basura producida.
Esta decisión de este grupo de países e islas del Mar Caribe continúa en la línea de la política que tomó Haití en 2012, por Antigua y Barbuda en 2016 y por Aruba, Colombia, Cuayanda, San Vicente, Las Granadas, Puerto Rico, Islas Turcas y Caicos durante el año recién pasado.
Una positiva noticia que ayudará a frenar el cambio climático y a cambiar las costumbres de la población mundial. No obstante, para combatir realmente la contaminación mundial, países como Estados Unidos -además de México, Honduras, Panamá, Nicaragua, Venezuela, Cuba, entre otros- deben adoptar políticas acordes con el impacto que su producción de basura y contaminación genera en el planeta.