A partir del año 2023 el glifosato, un herbicida con efectos nocivos en el ambiente y la salud de las personas, se prohibirá en Alemania. En otros países de Europa como República Checa, Italia y Países Bajos ya existen restricciones, siendo Austria el primero de la región en eliminarlo por completo.
La empresa que comenzó a comercializar un herbicida con este compuesto fue Monsanto, empresa que actualmente es propiedad de la multinacional alemana Bayer. Hasta la fecha enfrentan una serie de demandas por los efectos del uso de este producto sobre la salud de las personas, ya que en 2015 el grupo de investigaciones sobre cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó el glifosato como “posiblemente cancerígeno para humanos”.
El Ministerio de Medio Ambiente de Alemania impulsó la decisión de la prohibición de este compuesto, no solo por sus consecuencias en los humanos, sino que además para evitar la extinción de los insectos, sobre todo de las abejas.
Además responde a diversas iniciativas ciudadanas que pretenden reducir el uso de productos químicos perjudiciales para la salud.
Esta medida se basa en que el uso de pesticidas es una de las principales causas de mortandad de los insectos. El glifosato no solo elimina las malas hierbas, sino que también genera impactos negativos en el medio ambiente, como la muerte de masiva de abejas.
Los insectos tienen un rol fundamental en la polinización, que es el proceso por el cual muchas especies vegetales pueden reproducirse. Pero no es solo importante para los ecosistemas, ya que gran parte de los cultivos dependen de esta labor natural de los insectos.
De hecho, de cada 10 alimentos que consumimos, al menos 5 han tenido acción directa de las abejas en un 80%. Pero no son las únicas, también están las avispas, las mariposas o incluso aves como los colibríes.
Por el momento, el gobierno alemán reducirá sistemáticamente los productos que contengan glifosato en parques públicos y jardines privados, también en campos previos a las cosechas. Gradualmente se suspenderá su uso, hasta eliminarlo completamente en 2023.
Otras medidas que ha adoptado el país es crear áreas de flores sembradas para favorecer la conectividad de los insectos polinizadores.
Por su parte, Bayer sigue afirmando que el glifosato es seguro, siempre y cuando se emplee correctamente, por lo que cuestionaron la decisión de Alemania al considerar que no se sustenta en ninguna evidencia científica.