El flan casero es uno de esos postres típicos, un delicioso flan, pero con una textura más compacta y un sabor suave. Hecho a base de leche condensada, el flan casero es una delicia que todos querrán probar. No te asustes por la cantidad de pasos porque en realidad es muy fácil de hacer.
Ingredientes
5 Cucharadas soperas de Azúcar
1 Cucharada sopera de Agua
1 Cucharadita de Esencia de vanilla
740 Gramos de Leche condensada
320 Mililitros de Agua
4 Unidades de Huevo
Preparación
Poner el azúcar junto con la cucharada de agua en el molde donde vas a preparar el flan.
Poner el recipiente a fuego medio y dejar que se queme el azúcar, sin mover. Empezará a hervir el líquido y el azúcar va cambiando de color.
El proceso es rápido, hacer el caramelo no debería tomarte más de unos 5-6 minutos.
Sujetar el molde con un trapo y girar el molde para que el caramelo cubra toda la superficie de éste. La idea es crear una capa de caramelo en todo el molde antes de que se enfríe. Reservar.
Luego vaciar toda la leche condensada en un molde amplio y mezclar con el agua. La proporción es una lata grande de leche condensada más media lata de agua. Utiliza el agua para limpiar los restos de leche que queden en la lata.
Añadir los huevos a la mezcla y revolver bien.
Por último, añadir la vainilla y revolver unos minutos más hasta que todo se integre. Comprobar el sabor y añadir más vainilla si lo consideras necesario.
Recuperar el molde con el caramelo y vaciar en el molde la mezcla preparada anteriormente. Poner esto dentro de una olla más grande con un poco de agua para cocinar el flan a baño de María.
Tapar el molde, comprobar que el agua sólo cubra hasta la mitad de ésta y tapar ligeramente la olla. Cocinar el flan a baño María durante unos 45 minutos, comprobando que no se consuma por completo el agua de la olla.
Pasado este tiempo, retirar el flan de la olla y destapar. Para comprobar que ya está hecho puedes clavar un cuchillo en el centro y verificar que salga limpio. Dejar que repose hasta que tome temperatura ambiente y luego conserva en el refrigerador al menos unas tres horas.
Cuando el quesillo casero esté bien frío puedes desmoldar y disfrutar de este delicioso postre.
Este postre es tan delicioso que lo puedes preparar para ocasiones especiales y siempre dará la altura.
