La quínoa, el superalimento ancestral, es algo que nos entusiasma mucho y siempre que podamos lo incluiremos en nuestra cocina. Y lo mejor es que es un alimento tan versátil, que podemos hacer de todo: galletas, hamburguesas, ají de gallina, ensaladas, pizza, crepés o risotto.
Basta cambiar el azúcar orgánica o la miel de agave por sal marina y pimienta para obtener un resultado ideal para tus preparaciones dulces o saladas.
A continuación te enseñamos a preparar una tarta de quínoa crujiente y deliciosa que puede ser dulce o salada, y que es apta para celíacos y veganos.
Ingredientes
- 1 taza (170 gramos) de quínoa
- 1 1/2 tazas de agua filtrada
- 2 cucharadas de semillas de lino
- 2 cucharadas de agua filtrada
- Sal marina y pimienta a gusto (para preparación salada) o 3 cucharadas de azúcar orgánica o miel de agave (para preparación dulce)
Preparación
Muele las semillas de lino en la licuadora hata obtener harina, agrégale 2 cucharadas de agua filtrada y déjala reposar.
Lava la quínoa hasta quitarle toda la saponina (esa agua jabonosa) y luego cocínala en agua (1 taza de quínoa por 1 y media de agua filtrada). Hierve, revuelve y tapa la olla dejándola a fuego mínimo. Déjala cocinar a fuego lento por 10 minutos o hasta que el agua se absorba completamente.
Retira la quínoa del fuego, revuélvela y tápala nuevamente. Déjala enfriar hasta que esté tibia y pueda ser amasada.
Precalienta el horno a 200 °C mientras agregas la harina de lino a la quínoa, la amasas y vas agregando agua hasta que se forme una masa moldeable con las manos.
Pon la masa en un molde para tartas engrasado con aceite vegetal. Presiona con los dedos para forrarla, y luego hornéala por 25 minutos.