La tarea de ser madre nunca es fácil, menos aún cuando toda la responsabilidad recae en las mujeres, sin un apoyo de los padres ni de la familia. Muchas veces ellas deben optar por trabajar largas jornadas para llegar a fin de mes y el agotamiento tanto físico como psicológico en estos casos pasa la cuenta.
Lada Koroleva es una chica rusa de 19 años con dos hijas, una de dos años y la otra aún bebé, con quienes debía ir a trabajar cada día. Así es, Lada repartía comida para poder generar ingresos y esta labor debía realizarla acompañada de sus hijas, ya que no tenía con quien dejarlas en casa.
Durante los últimos días circularon por las redes sociales varias fotos de la joven con sus hijas en el metro. En ellas aparece con una enorme mochila de delivery puesta y con una pequeña en cada mano.
La historia de Lada es bastante desfavorecedora y ha sufrido el abandono tanto de su pareja como de su familia. La chica prefería no dejar a sus hijas en casa, ya que su marido y padre de ambas, pasaba sus días de cuarentena jugando con consolar todo el tiempo, sin siquiera preocuparse de sus hijas.
Cuando Lada tenía 17 años fue madre por primera vez y en su ciudad natal era conocida como “la mamá repartidora”, ya que hacía un trabajo similar, repartiendo comida y empujando un cochecito a la vez. Tiempo después se mudó a Moscú y continuó trabajando como delivery.
Lada recibió ayuda de la gente, quienes le regalaban alimentos y accesorios para bebés. Mientras que la situación son su marido llegó a un punto cúlmine y lo dejó unos meses después de dar a luz a su segunda hija.
Cuando las imágenes de Lada se hicieron virales, la gente comenzó a cuestionarla, quienes aseguraban que la chica se estaba aprovechando de sus hijas y de su popularidad en redes para estafar a todos y beneficiarse económicamente de la situación. Ella simplemente respondió diciéndole a estas personas que si querían viajaran a Moscú y vieran con sus propios ojos las condiciones e las que vivía, para que así dejaran de juzgarla y criticarla.
Finalmente la situación se le fue de las manos y por diferentes factores, Lada terminó renunciando a su empleo. Durante las últimas semanas ha trabajado en cualquier cosa para poder mantener a su familia.
“La gente comenzó a condenarme, diciendo que me las busqué por andar con mis hijas, e incluso los servicios de seguridad social se comenzaron a involucrar. Además de eso, la compañía de delivery generalmente se atrasaba con los pagos de los salarios, violando los derechos de los repartidores”.
Lada Korovela
Por ahora, Lada vive en un departamento de un ambiente y está buscando un trabajo remoto para poder quedarse en casa cuidando a sus hijas. Además ha recibido ayuda de las personas que la conocieron en su etapa de repartidora, quienes le han conseguido trabajos limpiando departamentos o como niñera, pero ya está en busca de algo definitivo para establecerse por un tiempo.
El instinto de supervivencia maternal es realmente asombroso y aunque Lada es una chica bastante joven, está superando todos los obstáculos que se le presentan para poder darle una mejor vida a sus hijas.