Si sientes estrés, angustia, tristeza o ansiedad, el mejor remedio natural para aliviarlo es realizar una simple caminata y despejar la mente.
Estudios afirman que caminar en medio de la naturaleza de manera recurrente brinda grandes beneficios para la salud física, emocional y mental. Esto sucede porque en este entorno te alejas de la fuente del problema, aliviando el dolor y reduciendo el nivel de estrés acumulado en el cuerpo, recargándote con nueva energía.
Caminar es una de las mejores terapias para el tratamiento de la depresión y la ansiedad, ya que se liberan endorfinas, conocidas como las hormonas responsables de la felicidad y la relajación. Pasear al menos diez minutos por el parque, la playa o un bosque contribuye a una mayor sensación de calma y tranquilidad, reduciendo la producción de cortisol, la hormona del estrés.
Un grupo de neurocientíficos de la Universidad de Princeton concluyeron que caminar de manera regular puede regenerar el cerebro. Una caminata contribuye con la producción momentánea de algunos neurotransmisores. Según los expertos, sus efectos podrían extenderse y contribuir con una reducción del estrés ante los problemas del día a día.
La teoría fue comprobada analizando a dos grupos de conejillos de indias, uno inactivo y sedentario y el otro con actividad física. Luego de caminar, los científicos analizaron los cerebros de los animales para observar el efecto de la caminata en ellos y los resultados evidenciaron que en el grupo que realizó actividad física, se produjo la activación de neuronas que inhibían la actividad de las células nerviosas demasiado excitadas.
Luego se le agregó estrés ambiental a los animales y se demostró la activación de las neuronas excitables en el hipocampo. Sin embargo, solo los animales que fueron motivados a caminar lograron lidiar con dicha activación cerebral, gracias a la presencia de algunas “neuronas calmantes”. La acción de estas neuronas permitió un mejor control sobre las situaciones de intensidad emocional al lograr evitar efectos secundarios excesivos mientras conservaba los niveles de estrés bajo control.
Según los neurocientíficos los resultados son aplicables a los humanos ya que pueden explicar el por qué caminar nos ayuda a olvidar las preocupaciones. La actividad física conlleva a la activación de las “neuronas calmantes”, que inhiben y mantienen en control el estrés, la ansiedad y la tristeza.
Comienza a caminar más, a dar paseos por tu barrio o incluso ir más seguido a la playa, al bosque o al parque, tu cerebro y tu cuerpo en general te lo agradecerán.