Cheesecake De Frutos Rojos: Una Delicia Fresca Y Dulce

Los frutos del bosque, también conocidos como frutos rojos, son deliciosas y pequeñas bayas que solían crecer en arbustos silvestres antes de ser cultivadas para su consumo. Su sabor es dulce y ácido al mismo tiempo, lo que los hace populares en todo tipo de preparaciones y postres ¡y resultan especialmente exquisitos en un cheesecake!

Mucha gente piensa que los cheesecakes son originarios de Estados Unidos, pero en realidad las tartas de queso ya se cocinaban en la Antigua Roma: calentaban el queso troceado con miel y harina, y se dejaba enfriar para servirlo de esta manera. Fueron los antiguos griegos quienes añadieron los huevos a la mezcla, y cuando llegó a Europa recién se comenzó a parecer al cheesecake que conocemos en la actualidad.

Para esta preparación de cheesecake de frutos rojos, hemos usado moras, arándanos y frambuesas, pero puedes agregar las bayas que quieras. Es un manjar exquisito y de fácil preparación, que te tomará unas 2 horas y media.

Ingredientes (para 8 personas)

Base:

  • 100 gramos de mantequilla
  • 225 gramos de galletas

Relleno:

  • 600 gramos de queso crema tipo philadelphia
  • 125 gramos de azúcar
  • 50 ml de nata para montar
  • 3 huevos
  • 1 cucharadita de maicena

Decoración:

  • 200 gramos de frutos rojos frescos
  • 200 gramos de coulis o mermelada de frutos rojos

Preparación

Comienza haciendo la base de la tarta triturando las galletas. Puedes usar un robot de cocina o poner las galletas en una bolsa de plástica y pasarles un rodillo hasta hacerlas migas. Puedes escoger tus galletas favoritas: sugerimos sabores como canela, jengibre, avena o tipo oreo.

Funde la mantequilla en el horno microondas y luego mézclala con las migas de galletas hasta que consigas una pasta uniforme.

Enmantequilla un molde desmontable redondo (ideal de 22 a 24 centímetros) y vierte en él la base de galletas. Aprieta las galletas con las manos para que queden bien adheridas al fondo. Ponlo a reservar en la nevera.

Pon el horno a precalentar a 150 °C. Mientras, en un bol grande pon el queso fresco, la maicena, los huevos, la nata y el azúcar. Mezcla bien hasta que estén integrados todos los ingredientes. Puedes usar las varillas de una batidora eléctrica.

Saca el molde de tu nevera y, con cuidado, vierte encima la mezcla de queso. Pon a hornear a 150 °C con calor arriba y abajo por 45 minutos, y luego deja enfriar en su interior (también puedes dejarla otros 45 minutos con el horno apagado).

Luego, sácalo y resérvalo en la nevera por al menos 4 horas para que se enfríe.

Sirve decorando con el coulis o la mermelada de frutos rojos encima y súmale los frutos rojos frescos. Si usas mermelada, caliéntala con una cucharada de agua en el microondas para que esté lista para la decoración.

¡Sírvelo y a disfrutar!

Si te queda cheesecake, puedes guardarlo en la nevera hasta máximo cuatro días.